Los cursos universitarios comienzan en el campus público y la vida sigue igual en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza. Parece que la ansiada reforma del edificio está más cerca que nunca, porque el inicio de las obras está previsto para el 2018, pero con esta instalación «nunca se sabe». Lo denuncian desde el Colectivo de Estudiantes Progresistas de Aragón (CEPA), quienes en la última semana han colocado varias pancartas en el interior de la facultad criticando las «nefastas» condiciones en las que deben cursar sus carreras los alumnos.

Un año más te preparan para ser mano de obra barata, Un año más el techo se te cae encima o Un año más te jodes de frío en invierno. Estas son algunas de las reivindicaciones que se pueden leer en carteles repartidos por varios rincones de Filosofía y Letras, bajo la firma de CEPA. «Esta iniciativa nace del propio colectivo, pero sabemos que tenemos el apoyo de los estudiantes. Nadie nos ha puesto problemas a la hora de colocarlos», señala Sara Ballesteros, militante de la organización. «En los últimos meses no hemos tenido derrumbes, pero eso no significa que el edificio esté bien. El día que pase otra vez seremos noticia, pero es que creemos que ya ha sido suficientemente gordo lo que ha pasado hasta ahora. Sin embargo, parece que para el rectorado y los demás dirigentes no es así», critica esta portavoz.

Ventanas que no cierran bien, ausencia de luz natural en el interior del edificio, una calefacción que «no sirve para nada» o un mobiliario obsoleto también están entre las quejas que, un año más, se escuchan entre las paredes de Filosofía y Letras. «Depende de las clases, pero en algunas se utilizan unos pupitres muy antiguos en los que las sillas están unidas entre sí y, a su vez, acopladas a las mesas. Muchas están rotas y, evidentemente, no vamos a hablar de comodidad porque no existe», añade.

De momento, las buenas temperaturas de este atípico otoño evitan que el frío que otros años se percibe ya por estas fechas se cuele en las aulas de esta facultad. Pero por delante todavía queda un largo invierno y las lluvias, que también llegarán. «Yo he llegado a estar en clase con el abrigo puesto, sobre todo en las primeras horas del día. Y muchos otros compañeros también», dice la militante de este colectivo.

«El frío es duro de llevar, porque la calefacción no funciona o no da para todo el edificio y, por otro lado, las filtraciones de agua y las goteras también nos preocupan», remarca Ballesteros. «Ya cayó el techo en un despacho de una profesora, que podría haber provocado algo grave; y otra vez un protector de luz golpeó a una alumna. Algún día tendremos una desgracia de verdad», advierte.

Esta alumna, que acaba de empezar su cuarto año en la facultad, duda de la puesta en marcha de la reforma anunciada. «Después de tantas promesas, seguimos a la espera de si van a cumplir y el próximo año empezarán las obras. Muchas veces nos han dicho que la rehabilitación llegaba ya y nunca fue así. Creo que, por ahora, nos han puesto la miel en los labios para tenernos callados y tranquilos este curso», dice.

Desde el Colectivo de Estudiantes Progresistas de Aragón insisten en que mantendrán las reivindicaciones y las acciones en defensa de una mejora de las condiciones de estudio si, finalmente, no ven avances por parte de los responsables que deben impulsarlas.