Llevaba desaparecido un mes, pero su cadáver no fue descubierto hasta ayer, tras varios días de búsqueda en la que intervinieron hasta perros rastreadores de la Guardia Civil. El cuerpo sin vida de Agustín Valbuena, de 76 años, fue localizado sobre la una menos cuarto del mediodía, en su casa, un edificio abandonado de varias plantas que durante la guerra civil se empleó para el control de un aeródromo construido por el Ejército republicano. Todo apunta a que su muerte se debió a causas naturales, según señalaron ayer en la Subdelegación del Gobierno en Huesca.

Valbuena desapareció sin dejar rastro el pasado mes de febrero. Al principio, nadie le dio importancia, pues el hombre, que vivía solo, solía ausentarse de vez en cuando para ir a casa de amigos en otras localidades, sobre todo en Enate y Lérida. Sin embargo, a mediados de esta semana cundió la alarma, porque nunca había estado tanto tiempo fuera de Castejón del Puente, un pueblo de 400 habitantes situado entre Barbastro y Monzón.

"No es de extrañar que se haya tardado varios días en encontrarlo", comentó ayer Antonio Comps, alcalde de Castejón. "El edificio del aeródromo donde se refugiaba tiene muchas dependencias, todas en mal estado, y resultaba un laberinto", añadió.

En el equipo de búsqueda, que organizó varias batidas, intervinieron agentes de la Guardia Civil, voluntarios de Protección Civil de Barbastro, Monzón y Castejón del Puente y numerosos vecinos.

Al principio, el rastreo se centró en las zonas que solía frecuentar Valbuena, en las inmediaciones del pueblo. El anciano, que no tenía problemas de salud, según señaló una vecina, vivía de la venta de caracoles y era fácil verlo por los alrededores de la población. En primer lugar se había examinado su vivienda, en la que estaba con permiso del propietario, pero la búsqueda resultó infructuosa.

Cuando su cadáver fue encontrado ayer finalmente, la noticia causó conmoción entre los habitantes de Castejón del Puente, que le tenían mucho afecto. "Era un hombre peculiar, al que apodábamos El Gallego, porque vino de lejos a hacer la mili a Barbastro, hace más de 50 años, y se quedó en esta zona para siempre", afirmó Comps.

Según el alcalde de Castejón, el cuerpo se hallaba en avanzado estado de descomposición, lo que indica que la muerte se produjo hace bastantes días.

INFRAVIVIENDA El Gallego vivía en realidad como un mendigo, a su aire, sin meterse con nadie. A lo largo de su vida había trabajado en varias cosas y nunca se casó. El aeródromo donde se hallaba su infravivienda se sitúa a cierta distancia de Castejón, por lo que se desenvolvía de forma totalmente independiente.

Ayer, la noticia del hallazgo de su cadáver se divulgó con rapidez. "Como pasan tantas cosas, nos daba miedo que le hubieran hecho algo malo, pero menos mal que parece que su muerte se debió a que se sintió mal de repente", manifestó un vecino de Castejón, donde se celebrará el entierro tras la autopsia.