Es uno de los hombres "más queridos y respetados de Aragón". Así, sin más. Como comentario general de su homenaje y para comenzar esta lupa. Tomás Soláns, jefe de Protocolo del Gobierno de Aragón, se jubila. Y ayer, por primera vez, no se ocupó de las tarjetas de la mesa presidencial, ni de organizar la colocación de una primera piedra, ni de preparar una foto para la prensa. Ayer, él fue el sorprendido en un multitudinario homenaje de sus compañeros de profesión, al que se unieron expresidentes, autoridades y muchísimos amigos.

Fue en el hotel Palafox de Zaragoza. Tomás Soláns iba a una comida con amigos y acabó fundiéndose en abrazos con muchos de los que han compartido su trayectoria. La foto tenía morbo en esta semana preelectoral. Los expresidentes Luisa Fernando Rudi, Marcelino Iglesias, Santiago Lanzuela y Juan Bolea Foradada compartiendo presidencia. Porque, con todos ellos, ha trabajado lealmente Soláns, un referente en la historia de la autonomía aragonesa.

El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, su antecesor, Juan Montserrat, empresarios como Felipe Sanz, de Zaragoza Urbana (que, rara vez, quiere salir en la foto), directores de medios de comunicación... La lista era un larguísimo etcétera (de esos en los que, quien suscribe, decide dejar de apuntar). Tras la sorpresa, Tomás Soláns descubrió unas mesas dispuestas por sus compañeros, empezando por Javier Carnicer, que toma el testigo de Tomás Soláns y que ayer ejerció de maestro de ceremonias. Lo hizo para dar paso a un recorrido por la historia del homenajeado. Por esas fotos no descubiertas de todo el trabajo que hay detrás de cada acto oficial. Esa primera piedra de La Aljafería (que, antes que el entonces príncipe Felipe, tocó el propio Soláns). La Expo, el gol de Nayim... Hasta hubo un recuerdo para Giménez Abad. No faltó mención a ese acto formal del 400 aniversario de la Universidad de Zaragoza, en 1983, en la que Tomás tuvo que evitar que el rey se sentara en la silla solo reservada al rector, "que somos aragoneses de fueros y corazón".

El recorrido fue intenso. También lo fue el final de la celebración, con una nueva sorpresa. En forma de galardón. En forma de una Encomienda al Mérito Civil que el subdirector de Protocolo del Estado, Alejo Arnáiz, entregó a Tomás Soláns. Reconocimiento a una trayectoria. Esta vez, delante de las cámaras.