Los familiares de los 62 militares fallecidos en el accidente aéreo del Yak-42 se han reunido un año más en el monumento memorial en Zaragoza para recordarlos, cuando se cumplen 15 años de la mayor tragedia de las fuerzas armadas españolas.

Las familias han vuelto a verse en su homenaje anual en la capital aragonesa donde el consistorio erigió un memorial a las víctimas del accidente aéreo del Yakovlev 42 ocurrido en 2003, cuando trasladaba a 61 militantes españoles, la mayoría de la Base Aérea de Zaragoza, y a un guardia civil.

Los militares regresaban de una misión de paz en Afganistán a España por Turquía, donde tuvo lugar el trágico suceso, que costó la vida de todos ellos junto con la tripulación ucraniana.

Velas, rosas rojas y gladiolos recuerdan hoy a las víctimas en un acto organizado por las familias, que 15 años después siguen pidiendo un homenaje institucional que no llega.

Para el que fuera presidente de la ya disuelta Asociación de Familiares de Víctimas del Yak-42, Miguel Ángel Sencianes, el Ministerio de Defensa "ha perdido la oportunidad" al no organizar un homenaje a las víctimas, puesto que "no reparar y pasar página" es, en sus palabras, "un error".

"Hubiera estado muy bien que hubieran podido reparar con las familias e incluso con los soldados muertos el honor y tanta mentira desde el Ministerio en las manos del señor Trillo", ha dicho en referencia al quien ocupaba en el momento del accidente la cartera de Defensa, Federico Trillo.

En enero del año pasado el informe del Consejo de Estado, asumido por el Gobierno, dio la razón a las familias que defendían que la tragedia era evitable y que el avión nunca debió volar y advirtió de la existencia de irregularidades en las contrataciones de vuelos para el transporte de tropas a misiones internacionales.

"No habrá nadie que nos pare si aparecen los contratos del Yak", ha advertido Sencianes, quien explica que a pesar del "calvario" sufrido, en el que se incluyen identificaciones erróneas, que se les diera la razón es para ellos "el oro moral", por lo que junto a sus familiares están "tranquilos y en paz".

Aunque tras el reconocimiento por parte del Gobierno de la responsabilidad del Estado en la tragedia y la petición de perdón de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, la herida institucional parece lejos de cerrarse.

"Si tiene la capacidad suficiente y humana de pedir perdón a los muertos por el Yak, seguramente que donde estén, que creo que están donde están los mejores, se lo van a dar. Pero tiene que tener la valentía suficiente de pedir perdón a los muertos, no a los vivos", ha manifestado el padre de una de las víctimas, Paco Cardona, quien reivindica un homenaje institucional.

José Antonio Gracia, hermano de uno de los fallecidos, ha expresado así los sentimientos en el homenaje: "Es la primera vez en 15 años que hemos venido con una actitud de paz, de tranquilidad; ya no tenemos esa rabia, esa ira contenida que teníamos antes por tanta injusticia y tanto maltrato".

Para él, por primera vez se han reunido para "pasar un rato tranquilo y hablar de otras cosas además del Yak", una sensación "agradable y también necesaria", ha incidido.

El antiguo presidente de la asociación de familiares ha añadido que a pesar de que "no ha habido justicia", las familias están hoy "muy satisfechas" con su trabajo.

"Hemos estado 15 años poco a poco desgranando la verdad en los juzgados, arrancando testimonios de la gente y arrancando la verdad en otro país (Turquía)", ha concluido.