Zaragoza rindió homenaje ayer, Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, a los diplomáticos aragoneses Ángel Sanz Briz y Sebastián Romero Radigales, quienes salvaron a cerca de 6.200 judíos del holocausto nazi durante la Segunda Guerra Mundial mediante la entrega de salvoconductos españoles, a pesar del rechazo expreso del régimen franquista.

Una conferencia-coloquio celebrada en el Centro de Historias de la capital aragonesa sirvió para honrar la memoria de estos dos diplomáticos. El escritor Ángel Arribas narró ante decenas de espectadores las hazañas de estos dos emisarios que, desde los consulados de Atenas y Budapest en los que trabajaban, burlaron las normativas españolas de repatriación.