La conferencia de presidentes autonómicos se ha celebrado una vez más sin la presencia del lendakari y del titular de la Generalitat, señores Urkullu y Puigdemont; ha sido, por tanto, una reunión mutilada, parcial, no del todo representativa.

¿Y por qué no acuden Cataluña y País Vasco cuando lo hacen, y siempre, Galicia, Andalucía o Aragón? ¿Qué problema tienen para sentarse junto a las otras autonomías?

Parece ser que el PNV, el PdC, los nacionalistas vascos y catalanes no se consideran representados en dichas cumbres. No se sabe muy bien por qué, pues las asambleas autonómicas, presididas por el jefe del ejecutivo y más que bien vistas por la Jefatura del Estado y la opinión pública son plurales, democráticas y representativas de la pluralidad del país.

Pero, como si no fueran con ellos ni con sus Comunidades, como si no integraran el Estado Autonómico ni pertenecieran constitucional, legal, política, social e históricamente a España, se abstienen de integrarse en el nivel que le corresponde. ¿Son rebeldes, diferentes, se consideran distintos, superiores? Un poco de eso habrá, aunque se les olvide cuando se trata de poner la mano para exigir inversiones, financiación, rescates, aeropuertos, competencias... Urkullu y Puigdemont, PNV y PdC, la mano para pedir, nunca para dar, jamás para estrechar otras.

Opinen lo que opinen Puigdemont y Urkullu, hay muchos catalanes y vascos que, por suerte, piensan opuesto a ellos y no les votan. Que no se creen integrantes de pueblos elegidos, aplastados, humillados, sino que muy gustosamente, de buen grado, participarían de las ventajas y obligaciones de un Estado Autonómico que el independentismo de unos cuantos fanáticos, muy pocos comparados con el conjunto del país, ha puesto en riesgo.

Va siendo tiempo de denunciar a estos partidos pequeñoburgueses, PNV, PdC, como lo que realmente son, máquinas de ingresar dinero, pesebres, sectas al mando de santones como Pujol, Arzalluz, Mas, Ibarretxe y un largo etcétera de políticos que no han aportado a vascos y catalanes otra cosa que marginación y sentimientos de revancha.

Hora es de reivindicar el Estado Autonómico y la solidaridad entre los pueblos que componen el territorio español. Y de denunciar la insolidaridad y desunión que fomentan otros.