Se acabó el verano y llega la hora de la verdad para Zaragoza en Común (ZeC). Este ejercicio es vital porque aquellos proyectos que no se inicien durante este curso se quedarán, con toda probabilidad, en el tintero. El Gobierno del cambio ha afirmado en más de una ocasión que no llegaron al sillón del mando para asistir a inauguraciones faraónicas. Y así va a ser.

Al margen de la emergencia social, cuya actuación tan apenas tiene pegas, el único gran proyecto del que ZeC podrá presumir será la reforma del Mercado Central. El resto se reduce a carriles bici, unos más polémicos que otros, que han logrado impulsar con esfuerzo, tesón y sobre todo, convicción.

El tranvía parece que ya queda aparcado. Se llegó a creer que la línea 2 iba a convertirse en el proyecto de ciudad de Pedro Santisteve, pero nada más lejos de la realidad. Después de ofrecer a los zaragozanos la posibilidad de elegir el trazado del Urbos 3, implicando y permitiendo que los vecinos participasen en una decisión de ciudad, el documento se guardó en un cajón con llave.

En el mismo en el que el área de Economía guarda ahora sus propuestas sobre las ordenanzas municipales y los presupuestos del 2018. Porque lo peor de terminar el periodo estival es, además de superar la depresión posvacacional, sentarse en la mesa de negociación.

GOBERNABILIDAD

La gobernabilidad de la ciudad no ha sido fácil. Santisteve no ha sabido llevarse bien con PSOE y CHA, menos con C’s y mínimamente con PP. Las dos formaciones que le apoyaron (PSOE-CHA) le han dado la espalda tantas veces que es más habitual que voten junto a C’s y PP que con ZeC, especialmente si se habla de los socialistas.

Las turbulencias que vive el PSOE se han notado en el ayuntamiento. La política de Javier Lambán y la ruptura en dos del PSOE en Madrid ha marcado el devenir de sus decisiones en la ciudad. Pablo Echenique también ha tenido más protagonismo del aparente en el consistorio. Podemos ha marcado más de una de las decisiones que se han tomado en los despachos de la plaza del Pilar.

Los procesos de municipalización y la investigación de la sociedad Ecociudad han alejado todavía más a ZeC de PSOE y CHA. Los pactos de gobernabilidad ofrecidos por el alcalde -tarde, pero ofrecidos- se han calificado de oportunistas y han logrado de todo menos rebajar la tensión.

ZeC sabe que tiene deberes para este año. El ambicioso proyecto de los depósitos de Pignatelli se encuentra atascado desde hace meses por una cuestión numérica: unos condicionan su voto a que se hagan más pisos y otros a que un porcentaje determinado sea de VPO. La rehabilitación del antiguo cuartel de Pontoneros también sigue pendiente del sí quiero del PSOE.

Urbanismo ha trabajado con esmero por conocer el estado actual de la ciudad. Se han hecho estudios sobre el estado de los mercados de barrio, sobre los locales vacíos y sin uso desde hace años... pero ahora faltan ideas y sobre todo presupuesto para actuar y poder cumplir con las recomendaciones de esos informes.

Esta área, con Pablo Muñoz a la cabeza, trató de innovar y diseñó una operación baldosas/calzadas a gran escala muy necesaria, pero erró en una de sus condiciones: limitarla a empresas de inserción social. Un hecho clave que provocó que el Tribunal de Contratos lo tumbara.

ZeC se ha visto golpeado por la Justicia en varias ocasiones y con Alberto Cubero en la diana. El acuerdo de Gobierno para internalizar el servicio de atención telefónica 010, fue el último varapalo. Pero no el único.

NEGOCIACIÓN

Ahora toca sentarse en la mesa a hablar, dialogar y negociar. Lo más urgente será sacar adelante las ordenanzas municipales y los presupuestos del 2018, teniendo en cuenta las recomendaciones de la Autoridad Fiscal que instan al Gobierno a diseñar nuevas medidas para no incumplir con la estabilidad presupuestaria.

El acuerdo se sellará entre ZeC, PSOE y CHA, como así ha sido hasta ahora y como marca la lógica. Aunque no se espera que sea ni rápido ni sencillo. Incluso puede que vuelva a producirse una ruptura de las conversaciones, no sería la primera vez. Como espectadores estarán PP y C’s, que participarán desde la segunda línea de fuego. El PP sigue haciendo una política de confrontación. De estar en alerta y analizar minuciosamente cada movimiento de ZeC en busca del detalle más puntilloso para sacarle los colores a la plataforma ciudadana. C’s sigue dando la sorpresa, cada vez más firme y endureciendo su discurso.