Todos los hospitales públicos de Aragón contarán a partir de ahora con una nueva prueba inocua y no invasiva que permitirá descartar en el feto alteraciones cromosómicas, como el Síndrome de Down, una implantación que es pionera en España.

Este test fetal no invasivo consiste en una extracción de sangre a la mujer embarazada y está basado en la secuencialización del ADN de origen fetal presente en la sangre materna.

Así, se puede identificar o excluir la mayor parte de las anomalías en el número de cromosomas que se detectan en el primer trimestre del embarazo.

El consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, ha destacado en la rueda de prensa de presentación de la técnica que esta nueva prueba "ofrece un diagnóstico precoz, descarta muchas dudas y evita riesgos".

Permite, ha resaltado, excluir la necesidad de realizar la amniocentesis, técnica invasiva para detectar malformaciones congénitas en la que se analiza una muestra de líquido amniótico y que implica un riesgo de pérdida del feto de entre el 1 y el 3 %.

Así pues, la amniocentesis solo se realizará en los casos de muy alto riesgo que se conocerán mediante esta nueva prueba no invasiva que se recomendará a aproximadamente un 11 % de las embarazadas basándose en la historia clínica, los análisis bioquímicos normales y la ecografía.

El consejero ha hecho énfasis en que este sistema, que se aplicará en todos los hospitales aragoneses, supone un avance para un "sistema público más eficiente, más equitativo y de calidad, pues supone menos riesgos y mejores resultados".

En este sentido, el jefe de sección de Ecografía, diagnóstico y tratamiento fetal del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Rafael González de Agüero, ha apuntado que "estamos por delante de la medicina privada", ya que se trata de una técnica muy cara y que se implanta por primera vez en la sanidad pública de toda una comunidad.

Esta técnica supone una probabilidad para conocer el riesgo de alteraciones cromosómicas superior al 99 %, según ha explicado González de Agüero, por lo que el falso positivo representa sólo un 0,3 % frente al 5 % anterior.

El test se ofrecerá cuando el resultado de la prueba del cribado combinado que se realiza a las embarazadas el primer trimestre presente un riesgo intermedio y la ecografía sea normal, mientras que si arroja un riesgo alto se ofrecerá a la mujer la posibilidad de realizar una técnica invasiva -biopsia corial o amniocentesis- que confirman definitivamente el diagnóstico.

González de Agüero ha recalcado que en la etapa desde el año 1998 hasta el 2005 se realizaba la prueba de la amniocentesis a un 30 % de las embarazadas, mientras que en estos momentos el porcentaje se encuentra en un 3,67 % gracias a los nuevos procedimientos.

Además, ha aclarado que el factor de la edad por sí sola, si el resto de pruebas son normales, no es indicación para realizar una técnica invasiva.

El doctor ha apuntado que tres de cada cien fetos tienen un defecto congénito significativo que se puede detectar durante el embarazo o en la primera semana de vida.

Por su parte, la jefa de servicio de Planificaicón y ordenación de servicios sanitarios, Marisol Corbacho, ha explicado que la implantación de esta técnica ha sido posible gracias al trabajo en equipo de profesionales de los hospitales de todo Aragón, así como de otros pertenecientes a la sanidad privada.