La afluencia de los medios de comunicación y de los propios militares que participan en el Tigger Meet se ha dejado notar en la ocupación turística en Zaragoza. Aunque la de los pilotos y tripulaciones en menor medida, ya que se ha organizado un campamento específico, con el lógico nombre de Tiger Village --valga decir, Villatigre-- para alojarlos, en la base aérea. Este poblado, así como las aeronaves, podrán verse en la jornada de puertas abiertas que se celebrará el 21 de mayo.

Según fuentes de Horeca, la ocupación hotelera que relacionan directamente con la celebración de este evento es de 1.245 pernoctaciones. Aunque en realidad es relativamente poca, considerando que supone un 4,82% de una ocupación general de casi el 68% durante los días de celebración del Tiger Meet.

Los restaurantes de los alrededores de los hoteles en los que algunos de los militares se alojan sí que han notado una mayor afluencia de clientes durante las noches. Desde Horeca, indicaron que "siempre que hay un evento en la ciudad aumentan su trabajo". En cambio, el sector del taxi tan apenas ha notado su presencia. El presidente de la Asociación Provincial de AutoTaxi, Mariano Morón, explicó que "ahora flotan autobuses para los traslados".

Sobre los posibles gastos, crítica frecuente de los colectivos antimilitaristas, el coronel José Manuel Cuesta, jefe del Ala 15, expuso que cada nación invitada se paga sus gastos, y en el caso de las unidades españolas invertirían prácticamente lo mismo --en cuanto a combustible, por ejemplo-- en unos ejercicios rutinarios. Lo único que ha supuesto de gasto extra esta reunión de tropas es la necesidad de construir un pabellón logístico, pagado a escote entre las naciones participantes, con unos 60.000 euros de inversión que han ido a parar, tras el oportuno concurso, a una proveedora local.