Esta no es la primera vez que se intentan abrir los osarios de Cuelgamuros. En 1980, un grupo de familiares de Lodosa (Navarra) culminó un discreto proceso burocrático y judicial por el que se sacaron y recuperaron 133 cadáveres. En 1990, a causa de unas filtraciones de agua, fueron trasladados restos cadavéricos del bando nacional de la capilla del Santísimo a la capilla de la Virgen del Pilar.

Además, en el 2010, la piqueta volvió a la cripta del Valle de los Caídos para realizar unas catas útiles para un informe de expertos comisionados por el Ministerio de la Presidencia. Los trabajos fueron secretos hasta que los destapó Interviú.

Se abrió, para examinarlo, el osario que había sido vaciado en los años 90 por el que siempre ha sido el problema arquitectónico del monumento, a causa de las filtraciones que dañan su estructura.

También se abrió la pared de la capilla de la Virgen de África, entre otras, para examinar cómo estaban los restos detrás. En esa ocasión, los peritos encontraron un grave estado de deterioro en las cajas y restos que, en su opinión, hacia prácticamente imposible la identificación y separación de cuerpos en algunos columbarios.

Pero aquellas pruebas se realizaron en el quinto nivel. Las familias ahora tienen la esperanza de que, al tratarse de otros pisos superiores en la cripta, el deterioro no sea tan grave.

Por otro lado, tienen mucha fe en la experiencia de los técnicos y en los modernos medios y tecnologías de búsqueda, que permiten una identificación con más posibilidades de éxito y acierto. Con todo, la nueva apertura de la cripta de la necrópolis sigue siendo todavía una incógnita respecto al resultado, pues el hundimiento de unos pisos sobre otros puede complicarlo todo.