La jornada de paros en las empresas Renfe y Adif convocada ayer para protestar por el desmantelamiento de los servicios públicos ferroviarios discurrió sin incidentes reseñables. A pesar de que el sindicato CGT aseguró que el seguimiento rozó el 70%, los viajeros se vieron mínimamente afectados por la amplitud de los servicios mínimos, que los organizadores consideraron «abusivos». La compañía dijo que solo el 1,1% de los trabajadores secundó el llamamiento.

El portavoz del sector ferroviario de CGT en Aragón, Miguel Martínez Laguna, denunció en una concentración celebrada en la estación de Delicias de Zaragoza que el servicio que reciben los aragoneses es «obsoleto» y que no se corresponde con la demanda real.

En Aragón dejaron de circular los cuatro trenes que cubren el trayecto entre Zaragoza y Huesca. También los dos que recorren la línea de Canfranc, los dos de la línea de Lérida y los del trayecto a Caspe. Tampoco circularon los cuatro convoyes que habitualmente unen Logroño con Pamplona. En Media Distancia atravesaron la comunidad únicamente el 65 % de los trenes y en Alta Velocidad el 77% de los mismos.

Los trabajadores destacaron la comprensión que recibieron por parte de los viajeros. «Muchos aragoneses tienen la sensación de que nos están tomando por el pito del sereno», denunció Martínez. En este sentido recordó que el Ministerio de Fomento cobrará al Gobierno de Aragón más de cuatro millones de euros en concepto de servicios mínimos. También puso como ejemplo la situación de estaciones abandonadas en municipios como Caspe o Binéfar. «Nadie entiende que no cuenten con las atenciones mínimas exigibles», afirmó.

Muchos de los viajeros con billetes para las líneas afectadas habían sido avisados previamente por Renfe. Otros fueron acomodados en el momento en otros trenes en las ventanillas de atención al cliente.