La ermita está bajo la advocación de San Bartolomé de Alcañicejo, pero todo el mundo en los pueblos de alrededor la conoce por el más sencillo nombre de El Santo. Construida en el siglo XIII y situada en el término municipal de Tosos. está en ruinas hace años, pero eso no ha impedido que, dado su gran valor arquitectónico, fuera declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2002.

Está situada en un paraje apartado al que se llega por caminos, lo cual no la ha librado de una grave amenaza: el proyecto para recrecer el embalse de Las Torcas. Si el plan se lleva finalmente a efecto, las edificaciones que conforman este monumento quedarán sumergidas bajo las aguas del Huerva, que pasa por sus inmediaciones.

Huerva Vivo, una entidad cultural y ciudadana que vela por el patrimonio de los pueblos ribereños, se ha propuesto preservar la ermita del El Santo y para ello ha lanzado una campaña de oposición al futuro pantano.

"El Ayuntamiento de Tosos ha tratado de adquirir la ermita a su propietario, que es la Sociedad de Cazadores de Aladrén, pero las negociaciones no han llegado a buen término de momento", apunta Angelines Mercader, responsable de Huerva Vivo. "Parece ser que los dueños quieren venderla con todo el monte que la rodea, lo que eleva mucho su coste", indica.

"Tiene gran valor arquitectónico y también histórico", manifiesta Angelines Mercader, que explica que El Santo aparece mencionada en el Cantar de mío Cid. Y ahora la batalla para que El Santo no acabe bajo las aguas va a ser su prioridad.