La conexión por autovía entre Pamplona, Huesca y Lérida se hará realidad durante el 2012. Estos son los planes del Ministerio de Fomento para culminar la ansiada conexión entre el Mediterráneo y el Cantábrico y que beneficiará a Aragón porque podrá ver culminado en el plazo de dos años tres de las obras más importantes aún pendientes: la A-21 entre Pamplona y Jaca, la A-22 entre Huesca y Lérida y, por fin, la A-23, donde más problemas existen para cumplir con este plazo. El ministro José Blanco, no obstante, no se atrevió a hacerlo público, pero fuentes próximas aseguraron que esa es la intención y está decidido a cumplirlo.

Ayer visitó Huesca por primera vez desde que es ministro. Lo hizo para inaugurar la puesta en servicio de la variante de Barbastro y se limitó a prometer que este año "pondremos nuevos tramos" de la A-22. Nada que no estuviera previsto, al menos para no empezar a hablar de nuevos retrasos en una autovía que lleva años reclamándose --"una obra demandada, necesaria y vertebradora del territorio", dijo-- y que, como en el caso de Barbastro, ayudará a reducir la siniestralidad en la N-240 y generar nuevas oportunidades para las comarcas del entorno.

No en vano, antes de final de año debería estar en servicio el 78,2% del trazado, y a mediados del 2011 solo debería faltar el tramo Huesca-Siétamo, de 13,2 kilómetros de longitud, del que están a punto de culminar el proyecto. Con el estreno de ayer Huesca suma ya 33,4 kilómetros en servicio de los 107,5 que hay en total.

IMPORTANCIA Por otra parte, el tramo inaugurado ayer tiene una especial importancia dentro de esta autovía, ya que no solo contribuirá a eliminar parte del tráfico que ahora pasa junto a Barbastro sino que, además, une los dos tramos que estaban abiertos (Ponzano-El Pueyo y la variante de Monzón), ofreciendo más de 30 kilómetros ininterrumpidos.

La A-22, que permitirá reducir el tiempo de viaje entre Huesca y Lérida en 45 minutos, está previsto culminarla a finales del 2011, y la autovía Pamplona-Jaca un año más tarde (aunque aún no se haya terminado ni un tramo en Aragón). Sin embargo, los planes de Fomento atañen a otro de los ejes que más preocupan: la autovía mudéjar (A-23). Esta también entra dentro de este plazo de conclusión antes del 2013. En este caso, no se ha finalizado ni uno solo de los diez tramos en los que se divide el trazado entre Jaca y Nueno, y uno de ellos ni siquiera se ha terminado de redactar (variante de Sabiñánigo).

El presidente aragonés, Marcelino Iglesias, quien le acompañó en la inauguración, le recordó que todavía existen compromisos pendientes con Aragón, como la Travesía Central o la reapertura del Canfranc. Blanco solo prometió que "impulsaremos actuaciones ferroviarias de relevancia para esta tierra".