Cada vez se fuma menos cigarrillos electrónicos en Zaragoza. Más de la mitad de locales que se dedicaban solo a su venta han cerrado, según explica María José Serrano, titular del estanco número 73 de la calle León XIII situado en el centro de la ciudad. En octubre del 2013 su establecimiento se sumó a la comercialización de este producto. Esta propietaria ratifica que la venta de los cigarrillos electrónicos ha caído en verano. Uno de los motivos del descenso de ventas fue la alerta que dio la OMS sobre el consumo de los cigarrillos en lugares cerrados.

Serrano apunta otros factores. Entre ellos está el aumento del consumo del tabaco, en estos últimos meses, debido a que las personas pasan más tiempo en las terrazas de los bares, lugares donde está permitido su consumo, y por ello, se ve incrementada su venta frente al bajón que experimentan los electrónicos. "Cuando se acerca el invierno, los fumadores prefieren estar dentro de los bares y por eso, hay más demanda de los electrónicos. Es una forma de seguir fumando en los sitios cerrados", afirmó.

El cese de los locales es más notable en algunas calles zaragozanas. Entre ellos, el ubicado en Benito Pérez Galdós, que cerró hace poco tiempo. Los negocios que continúan únicamente con su venta se enfrentan a un decrecimiento del producto de un 70%. Estos comerciantes consideran que las responsables de la caída han sido las "malas noticias difundidas sobre el consumo del cigarrillo electrónico entre los ciudadanos". Desde los estancos, por contra, estiman que los motivos fundamentales del fracaso de estos comercios se debe a que los precios de sus productos son muy elevados. "Es lógico que cierren porque las cosas que ofertan son tres veces más caros que los que tenemos los estancos. De hecho mucha gente acude aquí para comprar líquidos de recambio porque los encuentran a precios mucho más asequibles. Aquí cuesta entre 16 y 26 euros y en las tiendas roza los 70 euros", comentó.

Frente a la crisis económica, los estancos y los comercios, en general, han notado una disminución del tabaco y un gran aumento del de liar. "Al final, a los fumadores lo que les interesa es el precio del producto. Se consume muchísimo más el tabaco de liar porque es más económico", concluyó.