Los seres humanos estamos expuestos a corrientes y tendencias que influyen en nuestra forma de vida y también en nuestra conducta alimentaria. Aunque en la actualidad se está llevando a la pasarela a mujeres de tallas grandes y XL (o modelos curvy), lo cierto es que en la mayoría de los grandes desfiles de moda siguen apareciendo modelos muy delgadas. Cuerpos rectilíneos que no se ajustan a la realidad de la mayoría de las mujeres, ideales a los que algunas personas aspiran como si ese fuera el canon perfecto de belleza por el que están dispuestas incluso a enfermar. Estas exigentes pretensiones son las que han provocado que los trastornos alimentarios y de personalidad en Aragón sean la tercera y cuarta causa de las urgencias psiquiátricas.

Además de la influencia de la moda y de la nutrición, otros factores que pueden provocar trastornos alimentarios en los jóvenes, y que han conseguido que en Aragón aumentasen los pacientes de estas enfermedades desde 2013, son las redes sociales, las páginas promía y proana (pro bulimia y pro anorexia respectivamente), e incluso los mensajes de Whatsapp. «Las redes sociales hacen un gran daño. El tema de mensajería no se puede controlar y es por donde se ayudan entre ellas para no comer y vomitar», apunta Edurne Larrate, presidenta de Arbada (asociación aragonesa de familiares de enfermos con trastornos de la conducta alimentaria: anorexia y bulimia), quien confirma que la mayoría de pacientes son mujeres y que cuatro de cada cien tienen riesgo de sufrir un trastorno alimentario.

Estas chicas consideran que la única ayuda que reciben es de las webs proana y promía porque se sienten solas en su forma de vida e incomprendidas por su entorno y los médicos. «Para las familias es muy difícil aceptar la enfermedad porque no entienden que sus hijas no quieran comer, y más teniendo en cuenta que los españoles lo celebramos todo comiendo», destaca Larrate.

Hoy en día en España no existe ninguna ley que se ocupe de páginas web dedicadas al fomento y la promoción de la bulimia y la anorexia, por lo que no están tipificadas como delito y muchas siguen activas aunque cada vez más son denunciadas por usuarios y asociaciones. «Estas páginas de desviaciones alimenticias son demoledoras para los jóvenes, pero el problema es que son webs y muros de Facebook particulares y ante ello no se puede actuar desde nuestra área porque no son empresas a las que podamos recriminar su publicidad» aclara Pablo Martínez, director general de Protección de Consumidores y Usuarios en Aragón.

En la adolescencia temprana son más frecuentes los casos de anorexia mientras que la bulimia se asienta más en la adolescencia tardía. «En cinco años hemos tenido a más de 600 menores en tratamiento. Los pacientes acuden a la atención primaria y después son derivados; los leves, a salud mental y los moderados y graves, a la Unidad de Trastorno de la Conducta Alimentaria del hospital Clínico, que es el centro de referencia para menores en Aragón», informa el doctor Pedro Manuel Ruiz.

En cambio, las personas adultas suelen adquirir estos desequilibrios alimentarios por la inestabilidad emocional. «Prácticamente todos los pacientes adultos con trastornos alimenticios llevan detrás un otro emocional, pero no así al revés», explica el doctor Vicente Rubio Larrosa del hospital Provincial de Zaragoza, en cuya Unidad de Trastornos de Personalidad se ha tenido en tratamiento a más de 600 pacientes desde 2004. Estas patologías alteran la conducta alimentaria de los pacientes, quienes sufren altibajos de humor, se autolesionan y tienen tentativas suicidas. Según el doctor Rubio hay que combatir ambos problemas a la vez, combinando las medidas paliativas en alimentación con el tratamiento del trastorno emocional para superar la enfermedad.