Un monumento de Gotor, en la comarca del Aranda, la iglesia del convento de los dominicos, lleva casi tres décadas con unos andamios que no han servido de mucho. Los vecinos temen que, si se quitaran ahora, el edificio se vendría abajo. Esta situación ha vuelvo a ponerse de actualidad debido a que en los próximos días concluirá el taller de empleo del denominado Centro de las Cuatro Culturas, que gira en torno al citado monumento, que fue declarado Bien de Interés de Cultural (BIC).

Con esta ya han sido diversas las actuaciones que se han llevado a cabo en el antiguo inmueble, que posee varias dependencias. Para los vecinos resulta más que chocante que los andamios lleven en el mismo sitio más de 25 años. Se colocaron allí, cuentan, para restaurar el edificio. Pero, pasadas varias décadas, el aspecto y la solidez de la iglesia no ha experimentado ningún cambio a mejor. Y ahora los residentes temen que, si se quitan esas estructuras, se pueda venir abajo el monumento religioso.

El taller de empleo que durante estos últimos seis meses ha llevado a cabo la restauración del convento terminará este mes de junio. En él han participado 24 alumnos en los cursos de albañilería y fontanería, y ha servido para seguir con la restauración de el Centro de las Cuatro Culturas, que está ubicado dentro del mismo complejo.

El importe de esta escuela ha sido de 219.000 euros, por parte de la DGA, 11.000 del Ayuntamiento de Gotor y 33.000 de la comarca del Aranda. Durante estos años de restauración se ha logrado ubicar un albergue de 29 plazas con un restaurante para 40 personas, una escuela de musica tradicional, un museo de instrumentos del mundo, un centro de interpretación del propio convento, con un jardín dedicado a las cuatro culturas que cuenta con 170 especies diferentes y 700 plantas.

La iglesia, de estilo barroco, dejó de utilizarse hace 50 años y lleva 30 con unos andamios colocados para sujetar la cúpula.

El Ayuntamiento de Gotor ya realizó un estudio hace unos años que suponía una inversión de unos 250.000 euros y que no se ejecutó por parte de la DGA. La idea era poner una cubierta ligera para que al menos no estuviera a la intemperie y no perjudicara a lo poco que queda de la yeserías mudéjares de las bóvedas. Por eso los residentes y sus representantes no entienden la pasividad de determinadas instituciones.