Con la llegada de la primavera todo se renueva. Y con la Pascua llega también para los creyentes un proceso novedoso interno que se fundamenta en la Resurrección de Jesucristo. O quizás sea por aquello de lo que se bautizó como nueva política. Una cosa y la otra explicarían que la Archidiócesis de Zaragoza haya decidido abrir en estas fechas un proceso participativo abierto a todo el mundo. Se trata de una recogida de opiniones y sugerencias para enriquecer las líneas pastorales y diocesanas. aunque la consulta está abierta a todos los ciudadanos.

«No queremos politizar la Iglesia, ni modificar su estructura ni su mensaje pero creemos en la eclesiología de comunión en la que todos los bautizados tienen algo que aportar», apunta José Antonio Calvo, delegado de medios de comunicación del arzobispado de Zaragoza.

El año pasado ya participaron 3.000 personas. «Llegan tanto aportaciones particulares como colectivas, por ejemplo desde los consejos pastorales, colegios y la Universidad San Jorge o las cofradías, que son también muy activas», asegura Calvo.

La consulta estará abierta hasta el próximo día 30 en la web de la diócesis www.archizaragoza.org/planpastoral/, y se enmarca dentro de un proceso misionero que busca «animar y alentar la misión de la Iglesia en Zaragoza», explica el laico Ángel Lorente, delegado episcopal del plan diocesano Id y anunciad el Evangelio para el periodo 2015-2020.

Al estar abierta a la ciudadanía, pueden recibirse opiniones de diversa índole y criterio: «En las críticas se puede encontrar verdad, llamadas, retos y oportunidades, y hay que examinarlas bien», observa Calvo.

Todas las aportaciones las estudiará una comisión mixta, formada por miembros del consejo del presbiterio --sacerdotal-- y del diocesano pastoral --familias-- y juntos realizarán las propuestas al arzobispado. «Por ejemplo, en este curso nos hemos encontrado con una llamada para anunciar el Evangelio a los jóvenes y las familias, por lo que la programación pastoral ha tenido en cuenta esa realidad. También el uso de nuevos lenguajes para los más jóvenes y el impulso de la catequesis», explica Calvo.

Ante todo, «el objetivo es privilegiar la acogida, la relación y el encuentro, el diálogo personal, de tú a tú, el acompañamiento, la personalización de la fe», concluye Lorente.