Un día «histórico». Así calificó ayer el portavoz de CHA en el Ayuntamiento de Zaragoza, Carmelo Asensio, la presentación de una operación urbanística que sacará del olvido uno de los inmuebles en desuso más emblemáticos de la capital aragonesa. La Imprenta Blasco por fin tiene un plan para salir del abandono, 18 años después de su cierre, El número 8 de la calle Ecce Homo en el Casco Histórico renacerá por fin en el 2019, si fructifica una jugada a tres bandas que, además de un espacio museístico, proporcionará 26 viviendas públicas al parque inmobiliario municipal y 62 VPO de iniciativa privada en Valdefierro.

El edil nacionalista presentó el acuerdo con el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) para impulsar su ejecución en los próximos meses, en una operación que, tras su aprobación inicial -en la reunión del próximo lunes-, sacará a licitación una parcela de suelo público entre las calles Biel y Azalea, valorada en 2.165.227,10 euros. Un concurso público del que obtener un adjudicatario que abonará ese precio «en especie», ya que su compromiso será, a cambio de esa parcela, realizar las obras de recuperación del inmueble, la Imprenta Blasco y los pisos, que se estima en 1.774.517,59 euros, y entregar, como mínimo, los 390.709,51 restantes al consistorio, que servirán para acondicionar este nuevo espacio de la ciudad.

14 meses de obras // El éxito de la operación radica, de esta manera, en que haya ofertas en esa licitación y, por tanto, adjudicatario. El aliciente para este será poder construir 62 viviendas de VPO en Valdefierro, sobre un terreno de propiedad del ayuntamiento con 1.195,9 metros cuadrados de superficie, que saldrá a concurso público antes de finalizar el año.

Mientras, el consistorio se da «tres meses» para redactar el proyecto constructivo para el inmueble de la Imprenta Blasco, que lleva diez años con el anteproyecto hecho. Se hizo en el 2007, siendo Antonio Gaspar, de CHA, responsable de Urbanismo, y desde entonces ha «dormido el sueño de los injustos», apuntó Asensio, quien resaltó que ese centro de interpretación será similar al que entonces se planificó. Y cuando esté y haya adjudicatario, se estiman «14 meses de obras». Así, estará terminado en la segunda mitad del 2019.

Entre otras cosas porque serán los mismos que en su día se iban a encargar de rescatar todo el material de gran valor, que data de los siglos XVIII y XIX, que albergaba la antigua imprenta antes de que cerrara en 1999. Se firmará un convenio con la Asociación de las Artes Gráficas, valorado en 49.000 euros -de los 349.000 que tiene la partida de este año- para que se realice esa recuperación del «patrimonio histórico».

Así, el edificio quedará distribuido de la siguiente manera: la planta baja y el sótano, para el museo, y las 4 alturas superiores, para 26 pisos (7 en las tres primeras y 5 en la última) que pasará a gestionar el ayuntamiento para colectivos vulnerables.

«Es una actuación urbanística, social y cultural de calado», remarcó Asensio. Junto a él, el responsable de Urbanismo, Pablo Muñoz, comentó que «todas las ciudades pueden hacer un outlet, pero el patrimonio es lo que diferencia a Zaragoza del resto».