La Guardia Civil ha investigado (imputado) a un comercial zaragozano por falsificar datos de empresas para convertirlas en clientes de la compañía eléctrica para la que trabajaba, haciéndose pasar por las compañías afectadas y aprovechando anteriores experiencias como vendedor para lograr los datos. El hombre, zaragozano de 41 años, ya se encontraba cumpliendo condena en la prisión de Zuera por delitos anteriores que el instituto armado no precisó, por lo que no fue formalmente detenido.

La investigación, bautizada como operación Lucis, se desencadenó después de que una empresa de La Muela denunciase que le habían comenzado a llegar facturas de consumo eléctrico por parte de una empresa con la que no tenía contratado el servicio.

Tras ponerse en contacto con la empresa eléctrica en cuestión, la Guardia Civil determinó que el supuesto responsable era un comercial que trabajaba para una subcontrata de la compañía. Para lograr el cambio de contrato había falsificado los datos de inscripción y la firma del afectado, y además se había hecho pasar por él, mediante una llamada telefónica, para verificar el cambio de contrato de suministro.

Según descubrieron los investigadores del puesto de Casetas, el hombre aprovechaba un anterior trabajo en el mismo sector para recabar datos de las empresas estafadas. Haciéndose pasar por los empresarios afectados, creaba falsos correos electrónicos para recibir las últimas facturas pagadas por ellos, con las que cumplimentaba los datos necesarios para consumar el cambio.

Así había actuado supuestamente hasta en cinco ocasiones con diversas empresas de la provincia de Zaragoza, según constató el instituto armado, entre junio del año pasado y abril de este 2018.

Por todo ello, la Guardia Civil cerró policialmente la investigación imputando al hombre cinco delitos de estafa, falsificación en documento mercantil y usurpación de estado civil.

Este tipo de estafas se dan más habitualmente en la práctica comercial a domicilio, si bien pocas veces son tan claras (con falsificación de firma o de correo electrónico evidente), y se quedan en prácticas comerciales agresivas que posteriormente son difíciles de demostrar y perseguir en los tribunales.