Los actos conmemorativos de la batalla de Caspe tuvieron una inauguración especial ayer: el memorial-osario a las víctima en el cementerio municipal de las localidad.

En unos actos rrganizados por la Asociación Bajoaragonesa de Agitación y Propaganda y en los que también colabora el Ayuntamiento de Caspe la Diputación Provincial de Zaragoza, se rindió homenaje a todos aquellos que perdieron su vida por salvar los de otros.

Ayer, además, se celebró la inhumación de los restos mortales del soldado de las Brigadas Internacionales, exhumado en octubre del 2016 en la partida de Miraflores.

Dentro de la apuesta por la memoria democrática, el Departamento de Educación, Cultura y Deporte Dentro trabaja «por la dignificación de los espacios vinculados a esta memoria colectiva, la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de algunos elementos vinculados a la misma y el aumento de las ayudas a las asociaciones de memoria» que, como afirmó el director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, «permiten continuar con las labores de dignificación y difusión y entender el pasado pero también nuestro presente».

Esta batalla fue el episodio bélico más destacado durante la ofensiva nacional en el Frente de Aragón desatada el 9 de marzo y que concluyó con la ruptura de la zona republicana de Levante cuando llegaron los franquistas. La batalla, que data de finales de marzo de 1938, enfrentó en los montes de Caspe a miles de combatientes durante la guerra civil. En el bando republicano, la mayor parte de los soldados pertenecían a las Brigadas Internacionales, como el soldado de la XIV Brigada Internacional.