La noticia de que una agencia de viajes ha decidido ofertar viajes a Egipto para los enfermos de hepatitis C ha generado "mucha incertidumbre y dudas" entre los pacientes de Aragón, que tildan de "oportunista" la medida. "Esto no es comprar una caja de aspirinas, aquí hay que llevar unos controles. Creo que hay intereses económicos y se quiere sacar partido de la ansiedad que sufren los enfermos que todavía no reciben el tratamiento.", explicó ayer Miguel Barrachina, presidente de la Asociación de Enfermos y Trasplantes Hepáticos de Aragón.

Este turismo sanitario, ofertado por la empresa Sanantur tras alcanzar un acuerdo con el equipo del doctor Sherif Abdel-Fattah El-Baz Younis, está captando al colectivo español que padece esta enfermedad y que, por el momento, todavía no reciben los nuevos tratamientos. "Es gente que tiene unos ahorros y se lanza a esta aventura. Pero yo animo a todos a que tengan paciencia, porque ahora estamos en un momento de ilusión y esperanza en el que, si se espera, todo el mundo recibirá su medicación", aseguró Barrachina.

El precio del viaje a Egipto oscila entre los 5.000 y los 8.000 euros. "Esto no es como comprar una caja de aspirinas, aquí hay que llevar controles y es un proceso médico dudoso. Cada uno es libre de ir y gastar su dinero donde quiera, pero estamos ante una situación de riesgo", apuntó Barrachina.

En Aragón, los nuevos tratamientos de hepatitis C ya han llegado a más de 800 pacientes. Además, todos los de fase IV (la más grave) están atendidos, mientras que en fase III únicamente hay "entre tres y cinco" personas a la espera. "Se está pendiente de un nuevo combo de comercialización del fármaco, pero en cuanto esté, se pedirá para ellos", dijo. "En la asociación ya hemos informado del tema de Egipto y hemos transmitido tranquilidad, porque en la comunidad se está trabajando muy bien", apuntó Barrachina.

Hay autonomías como Cataluña o Valencia donde ya se aplica la medicación nueva en pacientes en fase II. "Esta parte es la más lamentable. La desigualdad entre comunidades, porque el tratamiento debería ser nacional y pagarlo el Ministerio de Sanidad. No puede ser que un ciudadano de Sevilla no tenga la misma oportunidad de ayuda que uno de Valencia", señaló Barrachina.