La incineradora de biomasa que la empresa Solmasol, del grupo Forestalia, proyecta construir en Monzón deberá presentar nuevamente el estudio de dispersión de contaminantes, según informó ayer Ecologistas en Acción, al detectar el Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) que no se calcularon adecuadamente las emisiones en el estudio presentado en agosto del año pasado.

Según el colectivo, este hecho paraliza la tramitación de la planta por tercera vez, ya que en el estudio se han detectado errores de cálculo de contaminantes y falta de justificación adecuada de las emisiones de benzopirenos. Los ecologistas apuntaron que el Inaga ha requerido a Forestalia que presente un nuevo modelo o corrija el que presentó.

Por su parte, Solmasol negó que el Inaga les haya encargado un nuevo estudio de emisiones contaminantes a la atmósfera y apuntó que el requerimiento «no es de un nuevo estudio, sino simplemente de información complementaria» sobre el modelo seguido para el proyecto.

Solmasol explicó que el plan previsto para Monzón «no es una incineradora sino una planta de combustión de biomasa, como las decenas que ya existen en toda España». Por su parte, los ecologistas insistieron en que su instalación a 600 metros del casco urbano dañaría la salud, provocando un aumento de muertes prematuras por cáncer y enfermedades cardiorespiratorias.