Se venden dos incubadoras. Razón: el rastro de Zaragoza. La afirmación no es broma, es verídica por muy surrealista que parezca. Rodeadas de ruedas viejas, chatarra, material de plástico, un televisor, cables, el juego del programa Pasapalabra o un contenedor de Cofares, el líder en distribución de medicamentos en España, el pasado domingo cualquier ciudadano que se acercó hasta el rastro de la Expo pudo ver (o comprar) dos incubadoras sanitarias.

¿Su precio? 200 euros, según algún vecino que preguntó por curiosidad al vendedor. ¿Su uso? Criadero de animales, cama para cachorros o cuna para cualquier mascota doméstica. Esto también según comentó su propietario. Se trata de dos incubadoras de bebé cuya destino, obviamente, es un hospital. Se desconoce su lugar de origen y cómo las ha conseguido el vendedor del rastro. De hecho, podrían haber pertenecido tanto a algún centro sanitario (público o privado) de Aragón como al de otra comunidad.

La imagen, cuanto menos, llamó la atención de quienes pasaron cerca porque, de cualquier de las maneras, vender una incubadora en un rastro es tan extraño como impensable. El aparato estaba intacto, con toda su estructura (el cajón trasparente, la base azul y el pie blanco) y cables. Sin embargo, la presencia de material sanitario pareció no sorprender a algún vecino de Zaragoza, quien confesó a este diario que, en alguna ocasión, ha visto a la venta en este mercadillo de la capital «una consulta del dentista, con ficheros de pacientes y todo», aseguró.

PIEZAS DE REPUESTO

Según precisaron ayer fuentes del Departamento de Sanidad a este diario, este tipo de aparatos «no necesitan de un desechado especial» y, al darlos de baja en el inventario de un hospital, «se desmontan para reutilizar las piezas que puedan servir de repuestos», añadieron las mismas respecto a las formas de actuar con las incubadoras una vez que se dejan de utilizar. Así, precisaron que «lo que no sirve va directamente a la chatarra, no a un basurero normal, y es una empresa de chatarrería la que se lleva el aparato», señalaron.

El caso es que las dos máquinas del rastro, a simple vista, no habían sido desmontadas. Al contrario, parecían sacadas de una misma planta de hospital aragonés o foráneo. Quizás alguna de estas incubadoras (o las dos) ya estén en posesión de algún ciudadano. O quizás sigan a la venta el próximo domingo. Razón: el rastro.