El caso es que durante años se lanzó sobre la opinión pública (la aragonesa, mismamente) un mensaje reiterado: somos la mundial, somos cojonudos, somos ricos, somos guapos, estamos construyendo un país fabuloso. Era el raca-raca del optimismo y la autoestima, cuando quienes planteaban el más mínimo apunte crítico o realista eran tachados de cenizos y antipatriotas.

Pues vale, díganme ahora dónde ha quedado aquel oropel de los días de gloria. Por el contrario, muchos de quienes hace escasos meses (incluso hace pocos días, hasta la llegada del tijeretazo) rebosaban ilusión y alegría han pegado un sensacional bandazo y andan por ahí con la cara larga y los ojos tristes. Te los tropiezas y tienes que darles ánimos: tranquilo, colega, seguro que no es para tanto, ya vendrán tiempos mejores, ahora es cuando hace falta mantener el pulso y actuar con serenidad.

Hemos comulgado unas ruedas de molino fenomenales. Recuerdo a un amigo mío, veterano periodista turolense que trabajó durante años en la dirección de comunicación de una multinacional. Se partía de risa cuando los mensajes oficiales anunciaron que España superaba a Italia en PIB y creación de riqueza. ¿Pero cómo vamos a estar por delante de los italianos?, me decía. ¡Eso será cuando diseñemos y fabriquemos ferraris, cuando tengamos una industria alimentaria puntera, cuando dictemos las tendencias de la moda... o cuando la caja B la manejen organizaciones autóctonas y con solera como la Camorra napolitana o la Cosa Nostra siciliana!

En Aragón, enganchados al modelo levantino, a la purpurina, el emblematismo y en cada pueblo un polideportivo, el batacazo está siendo de aúpa. Y eso que todavía no notamos el efecto de los recortes. No me extraña el bajonazo anímico. Claro que peor todavía es ver a los colgados del optimismo, predicando el no pasa nada y sacando fuerza de flaqueza (de nuestra flaqueza de contribuyentes, quiero decir). Les ves sacar pecho para mantener la ficción de que ésta es una comunidad modernizada, niquelada, olímpica y supermotorizada... y ya no sabes qué pensar. ¿Están majaretas o son muy listos?