La ausencia en Aragón de una unidad de salud bucodental integral para el tratamiento de menores discapacitados está provocando el aumento de problemas de estos pacientes, a los que el Salud deriva a hospitales públicos de Barcelona para ser intervenidos.

Como consecuencia de ese proceso y de la demora en la intervención --en algunos casos de más de un año--, las infecciones bucodentales "se agravan" y eso supone un aumento de ataques de epilepsia, insomnio y un carácter menos afable del menor. "Hay neurólogos que nos han dicho que sí existe una relación, porque después de las intervenciones todos los menores mejoran y dejan de sufrir estas situaciones de forma habitual. Al parecer, la infección de la boca llega a la sangre y de ahí al cerebro", explicaron las familias.

ANESTESIA Y SEDACIÓN

En la mayoría de los casos, los discapacitados requieren tratamientos bajo anestesia o sedación para ser intervenidos a nivel bucodental, debido a la falta de rigidez muscular y la falta de autocontrol que presentan. Los padres exigen al Departamento de Sanidad que "de una vez por todas" instalen en un hospital público de Zaragoza "un quirófano y un anestesista" de manera permanente porque, según dicen, "está en juego la vida de nuestros hijos", añaden.

En este sentido, las familias, cuya "única vía rápida" en la comunidad es la sanidad privada, alertan de que los casos de epilepsia pueden derivar en la muerte del niño y, como consecuencia de la demora de la visita bucodental, hay más probabilidades de que esto suceda.

El hospital San Juan de Dios de Zaragoza atiende la salud bucodental de niños discapacitados de entre 6 y 17 años desde el 2007, pero cuando se trata de niños que no pueden colaborar debido a su discapacidad son derivados al hospital San Juan de Dios de Barcelona.