Víctor Laínez, el zaragozano asesinado por lucir unos tirantes con la bandera de España, no pudo defenderse de la brutal paliza que le dio el antisistema Rodrigo Lanza, que permanece en prisión desde que fuera detenido por este crimen de odio ocurrido en diciembre del pasado año. Así lo acaban de certificar los forenses pertenecientes al Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) en su informe final de autopsia al que ha tenido acceso este diario.

En el mismo, los facultativos destacan que múltiples fracturas en la cara «que son compatibles con uno o más traumatismos sobre la zona con severa intensidad traumática». «Se descarta que dichas fracturas sean como consecuencia de una caída con impacto sobre la cara», añaden. Por tanto, los especialistas en Medicina Legal avalan la declaración de varios testigos quienes apuntaron que Lanza golpeó en la cara a Laínez cuando este yacía sobre el suelo en situación de inconsciencia. También añaden que «no se observan lesiones en extremidades superiores que indiquen la existencia de defensa o de lucha por parte de la víctima».

CAUSA DE LA MUERTE / Sobre la causa de la muerte, que califican de «violenta», aseveran que «fue como consecuencia de un severo traumatismo craneoencefálico con parada cardiorespiratoria».

Este traumatismo es compatible, según la autopsia, «con una contusión de fuerte intensidad en la región tempoparietal derecha».

Asimismo, detallan que las lesiones que presenta en el tórax y en el abdomen «serían compatibles con contusiones con un objeto duro y romo, más o menos circular, sobre las zonas cotundidas que estaban cubiertas por ropa». Este arma nunca fue hallada, por lo que la Policía Nacional siempre ha barajado la posibilidad que, tras abandonar el bar El Tocadiscos en el que produjo el asesinato, se deshizo de este objeto.

Este nuevo informe de autopsia está ya en manos de la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, quien va a tomar hoy declaración, en calidad de testigo, al joven que acompañaba a Lanza en el momento en el que se produjo esta brutal paliza. El abogado de la familia de la víctima, Juan Carlos Macarrón, quiso que fuera imputación, entre otras cuestiones, por impedir que su amigo golpeara hasta herir de muerte a Laínez, si bien la Audiencia Provincial de Zaragoza no lo vio adecuado.

Ante la Policía, este joven que hoy declara en el juzgado señaló que la víctima llevaba una navaja de unos 11 centímetros (que nunca apareció). Este joven afirmó que al entrar al establecimiento vieron a Víctor Láinez, del cual «alguien conocido les había dicho semanas antes que tenía ideología neonazi». Este joven también resaltó que víctima y agresor intercambiaron una serie de palabras, y que Rodrigo «muy enfadado» les dijo que «le había insultado, que le habían llamado puto sudaca».