En las aulas españolas está surgiendo la nueva imagen del alumno invisible. Son, sobre todo, inmigrantes. El 20% de los escolares extranjeros de ESO --en torno a 30.000-- se consideran excluidos y ninguneados por sus compañeros españoles, según el último informe sobre acoso escolar realizado por el Defensor del Pueblo y Unicef. Entre los alumnos autóctonos este tipo de maltrato se sitúa en el 10%.

El trato discriminatorio que reciben en mayor medida los jóvenes inmigrantes por parte de sus compañeros de clase revela la existencia de fallos en el sistema de escolarización y socialización de estos alumnos, que suelen llegar con un bagaje cultural, social e idiomático diferente. En ocasiones, la animadversión de sus colegas pasa a mayores hasta el punto de que unos 3.000 alumnos dicen haber recibido amenazas con palos, navajas y cuchillos.

Estudio en CataluñaOtro estudio reciente realizado en Cataluña por los departamentos de Interior y de Educación arrojó también una mayor hostilidad hacia el colectivo de escolares extranjeros: un 23,4% de ellos son víctimas de insultos, burlas o golpes propinados por los agresores con periodicidad semanal.

"La exclusión es mayor a los niños de origen inmigrante, pero no puede hablarse de racismo en las escuelas", defendió Esperanza Ochaíta, catedrática de psicología evolutiva y educación de la Universidad Autónoma de Madrid y directora del estudio del Defensor de Pueblo. No obstante, los reponsables de esta investigación recomendaron programas educativos específicos orientados a la población escolar extranjera para evitar su "victimización".

Menos agresiones El informe del Defensor, basado en 3.000 entrevistas a alumnos de toda España, subraya que desde 1999, --año en que la institución realizó otro similar--, el número de escolares que se declara víctima del acoso disminuye. El informe de la Generalitat también certificaba esta tendencia.

La agresiones físicas han bajado del 7,3% al 5,3% y también ha descendido el hostigamiento psicológico y los insultos y amenazas. "Pero no debemos caer un un optimismo engañoso. Las políticas de prevención han frenado el problema pero en absoluto lo han erradicado", advirtió el Defensor, Enrique Múgica.