Los directores de instituto son partidarios de acabar con las pruebas extraordinarias (exámenes de recuperación) de Secundaria de septiembre. La postura no es unánime, pero el adelanto de estas pruebas a junio cuenta con más defensores que detractores, lo que supone cierto cambio de postura en el posicionamiento de este colectivo. «Existen voces dispares en la junta, pero hay más posturas partidarias de que estas pruebas extraordinarias en ESO desaparezcan en septiembre porque, organizativamente, que el curso anterior acabe en septiembre es una locura», sostiene Antonio Martínez, presidente de la Asociación de Directores de Institutos de Aragón (Adiaragón).

Para el colectivo, pues, estos exámenes deberían celebrarse a finales de junio porque «hacerlos en septiembre hace que no esté nada globalizado el trabajo que el alumno ha realizado durante todo el curso. Hacerlos en junio sería lo más adecuado de cara a la evaluación continua y también para la organización del centro porque no retrasaría el inicio del curso e impediría que los tiempos sean tan rápidos», defiende la asociación.

«La postura más rotunda en las asambleas ha venido siendo la de rechazar la convocatoria de septiembre apelando a que creemos que no hay nada que rompa más la evaluación continua que un examen en septiembre. Y así se lo hemos trasladado a la Administración educativa cuando ha pedido nuestra opinión», insistió Martínez.

CAMBIO

Esa postura podría haber sido clave en que, ahora, Educación haya abierto la puerta al debate. El departamento anticipó ayer, al igual que los directores, cierto cambio de postura en relación a la expuesta en los últimos tiempos y estudiará y analizará los resultados obtenidos por los alumnos en las pruebas extraordinarias desde que estas se celebran en el mes de septiembre.

Así lo afirmaron ayer a este diario fuentes de la Administración educativa que, en todo caso, no se pronunciaron acerca de un posible cambio de fechas en función de las conclusiones obtenidas en ese estudio. «Se va a iniciar un proceso de estudio y valoración, eso es todo», indicaron estas mismas fuentes del departamento.

Las fechas de celebración de las pruebas extraordinarias -sobre todo en ESO (etapa obligatoria) aunque también se llevan a cabo en Bachillerato y FP—vienen siendo motivo de discrepancias entre las familias de la escuela pública, la concertada y los sindicatos. La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fapar) defiende la conveniencia de pasar estos exámenes a julio. «Es positivo que se abra la posibilidad de debatir este tema interesante. Nosotros somos firmes defensores de que recupere la evolución continua y hacer las pruebas en julio es uno de los elementos fundamentales para ello», indicaron desde Fapar. Pero los sindicatos replican que el cambio obstaculizaría la organización de los centros, a lo que las familas responden que «por encima del nivel organizativo de los institutos está el del menor y que salga bien formado y logre promocionar», exponen los padres.

Fapar abogaría por que el curso acabara alrededor del 20 junio y otorgar dos semanas antes de la celebración, a primeros de julio, de los exámenes de recuperación. «Así, el proceso concluiría el 15 o 20 de julio» y exige que los exámenes se hicieran «dentro del centro y con los mismos profesores que los alumnos hayan llevado durante el curso porque son los que mejor les conocen, y a coste cero para las familias».

DIFERENCIAS

Ahora, los centros se suman a esa petición de adelantar las fechas, si bien no contemplan que el proceso pueda prolongarse tanto como solicita Fapar. «Ese estudio que piensa hacer la DGA contribuirá a que todos podamos llevar a cabo un análisis más riguroso aunque insisto en que hacer las pruebas en septiembre hace que tengan menos valor específico», reitera Martínez.

En cambio, los sindicatos y la concertada se han venido mostrando contrarios al cambio. Ambos esgrimen que los resultados académicos no variarían si estas pruebas se realizan apenas un par de semanas después de haberse celebrado las de junio. Sin embargo, desde algunas organizaciones sindicales también se apela a que ubicar este proceso de recuperación en septiembre va en contra de aquellas familias que cuentan con menor capacidad económica para dotar a sus hijos de clases de refuerzo durante el verano.

Las pruebas extraordinarias de septiembre comenzarán en las aulas de los institutos aragoneses la próxima semana. El curso lo hará el día 12.