El consejo de administración de Los Tranvías de Zaragoza tendrán hoy luz verde del ayuntamiento para rubricar la refinanciación de su deuda, por valor de hasta 165 millones de euros, una operación que sus responsables prevén firmar con las entidades bancarias el próximo 11 de enero y a la que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) le dio su visto bueno el pasado viernes. Se trata de «un proceso más amplio de reestructuración de las condiciones económicas» de la propia sociedad mixta en la que el consistorio representa spolo el 20% del accionariado. Busca adaptarse al mercado actual de crédito, bajando el interés y ampliando el plazo de devolución, pero sobre todo intentar dar oxígeno a unas arcas demasiado perjudicadas por una demanda real que, más que baja, es «insuficiente».

Nadie pensaría, a la vista de lo llenos que circulan algunos convoyes, que los viajeros que mueve la línea Valdespartera-Parque Goya no son los que se esperaban y que este sea uno de los motivos que están detrás de esta operación. Pero así lo destacan los informes, que también destacan, en reiteradas ocasiones, de la imperiosa necesidad de darle «viabilidad» al proyecto, del «fuerte endeudamiento» de la sociedad que genera «gran cantidad de intereses y gastos financieros» a abonar y del objetivo de «solucionar el problema de los fondos propios» actual. Una circunstancia que, en este caso, también subrayan que se ve complicada por la «dificultad del ayuntamiento de aportar más capital o de diluir su participación».

LAS VENTAJAS DEL ACUERDO

Así que se ha preparado un acuerdo que se basa en dos premisas fundamentales para garantizar la supervivencia financiera de Los Tranvías de Zaragoza. Por un lado «se ampliará el plazo de la financiación hasta dos años antes del final del periodo de la concesión», esto es el 2042. De manera que se reduce lo que se denomina «la cola del proyecto» que serían los años en los que no habría ya deuda bancaria y los ingresos para la sociedad aumentarían considerablemente.

Por otra parte, se reducirá el interés medio al que se presta el dinero con respecto a lo suscrito en el 2010, ya que pasará del 6,4% firmado hace siete años al 4% fijo ahora y otro variable en función de los resultados de la explotación. Y, sobre todo, «se eliminará la obligación de realizar amortizaciones obligatorias en caso de que exista caja excedentaria». Es decir, que lo que sobre no vaya forzosamente a reducir deuda bancaria.

No solo se suprimirá esa obligación actual de tener que hacer amortizaciones anticipadas, sino que también se liberan cuentas que ahora tienen fondos bloqueados, favoreciendo además que mejore la capacidad de generar flujo de dinero suficiente para atender a todas las obligaciones de la sociedad mixta.

Pero sobre todo se consigue, remarca el acuerdo, «laminar los pagos a unas cantidades más acordes con los ingresos actuales de la sociedad como consecuencia de la menor demanda de pasajeros». O, lo que es lo mismo, no cumplir con la previsión de viajeros, contribuye a esas tensiones en la viabilidad del proyecto.

Y obliga a tomar medidas a todos los socios. Una, establecer una prenda de los derechos de crédito derivados del contrato administrativo suscrito en el 2009 y de las acciones propiedad del consorcio Traza en el capital de la sociedad. Y, por parte de los socios privados, la «renuncia temporal de una parte de la comisión de gestión» de lo que se obtiene en función de los resultados de la demanda. Así, el 13% que perciben los socios privados de los ingresos, será del 4% si está por debajo del 90% del número de usuarios previstos, del 6,5% si no llega al 95%, y del 10% si lo supera pero no llega al 100%. El total, solosi se cumple lo estimado.