La Guardia Civil del puesto zaragozano de Casetas interceptó el pasado miércoles, 25 de octubre, un cargamento de 800 kilos de rebollones no aptos para el consumo por falta de controles sanitarios. Los transportaba un vecino de Burgos de 47 años, de nacionalidad española, que según explicó los había adquirido en la localidad francesa de Perpiñán, a una sociedad radicada en Rumanía, y los llevaba a la empresa que tiene en su ciudad para venderlos.

Los agentes comprobaron que transportaba los hongos en cajas usadas con restos de etiquetas identificativas pertenecientes a otro tipo de alimentos, por lo que se incumplía la obligatoriedad de utilizar cajas de un único uso. Llamaron a un inspector de la DGA, que determinó que el producto no era apto para el consumo humano.

Ante esto, al conductor se le impusieron dos multas por infracción de la ley de calidad alimentaria aragonesa: una por falta de trazabilidad y otra por el envasado.

Al conductor, informó el instituto armado, le constaban numerosas infracciones por motivos similares.