La periodista, escritora y psicóloga Irene Villa ha apostado hoy por que las sociedades puedan gestionar sus propias reservas de alimentos para que todos puedan comer porque "cambiando nuestros hábitos podemos hacer mucho" en la lucha contra el hambre.

La víctima de ETA ha participado hoy como madrina de la campaña de Manos Unidas para 2017, presentada hoy en la sede central de Ibercaja en Zaragoza con el lema "El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida".

Esta campaña incide en la cantidad de alimentos que son desperdiciados diariamente -un 30 por ciento de los cereales, un 35 por ciento del pescado y hasta un 45 por ciento de las frutas y hortalizas-, mientras casi 800 millones de personas en todo el planeta sufren problemas alimentarias.

Villa ha hecho un llamamiento para que esta campaña llegue a todo el mundo porque hay alimentos para todos "pero no todos podemos comer" y "hay que actuar".

En ese sentido, ha expresado que le "duele" esta situación, ya que si ella fue capaz de superar el atentado y hacer lo que ha querido hacer ha sido porque ha tenido lo más básico, la alimentación.

Así, ha reclamado un modelo global de producción agrícola más sostenible y ha animado a la solidaridad porque "no hay nada mejor en esta vida que darnos a los demás".

Por su parte, el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, quien ha alabado a Villa por su "valía" y "humanismo", ha añadido que "el Padre Dios nos dio la tierra para todos, no para unos pocos" y que hay que cuidar bien de ella porque si no los que más padecen son los más pobres.

En el acto, presentado por dos voluntarios estudiantes de Periodismo de la Universidad San Jorge, ha participado también el economista peruano Juan Rey Catacora, socio local de Manos Unidas en el país andino, quien ha denunciado que el "afán desmedido" en la búsqueda de riqueza ha provocado la concentración de alimentos en unas áreas en detrimento de otras y la degradación de la naturaleza.

Ha explicado el proyecto que realiza la ONG en Atuncolla, una zona de tierras deterioradas situada en el altiplano peruano en la que desarrollan trabajos para que vuelvan a producir la quinoa o de mejoramiento ganadero para aumentar la producción de leche.

Del mismo modo, también mejoran la producción de forrajes para alimentar mejor al ganado, construyen invernaderos y biohuertos para proteger los cultivos del frío, cocinas ecológicas para las viviendas, elaboran fertilizantes naturales y realizan campañas de salud.

La indiferencia o la frialdad ante las situaciones de gente como los habitantes de Atuncolla es "otra forma de injusticia y de pobreza", ha asegurado el economista.

El delegado de Manos Unidas en Zaragoza, Gonzalo González Churiaque, ha comenzado con una cita del Papa Francisco en la que dice que "el ser humano todavía es capaz de intervenir positivamente" porque "ha sido creado para amar".

Ha recordado que el hambre mata hoy a más personas que el sida, la malaria y la tuberculosis juntas y ha centrado los objetivos de la campaña en el compromiso con la alimentación para el consumo y no para la especulación, el desarrollo sostenible y respetuoso con el medioambiente de la agricultura, la ganadería y la pesca, y el aprovechamiento más riguroso de los alimentos.

Asimismo, ha reivindicado los 17 programas de desarrollo llevados a cabo por la ONG en 2016 -siete en India, seis en África y tres en América-, más otro en El Salvador financiado por el Gobierno de Aragón; otro en Guatemala, por el Ayuntamiento y la Diputación Provincial de Zaragoza; y otro en la República Democrática del Congo, por el Ayuntamiento de Ejea de los Caballeros (Zaragoza).