Todo comenzó cuando, allá por 1998, Isaac empezó a notar que se le dormían las manos. La visita al especialista y las pertinentes pruebas médicas alertaron de la posibilidad de que padeciera esclerosis múltiple aunque no fue hasta 2004 cuando recibió el diagnóstico de forma diáfana. "Desde entonces me encuentro más o menos igual, aunque se me duerme un poco la pierna y me apoyo en una muleta", relata. Mientras realiza un ejercicio de coordinación que consiste en elaborar el escudo del Atlético de Madrid, Isaac asegura llevar la vida "lo mejor posible" siempre fiel a su cita con la rehabilitación en Fadema. "A mí la esclerosis no me frena para nada. Intento vivir lo mejor que puedo, salvo correr que es lo que no podemos hacer". Eso sí, su vida laboral no existe. "Es duro pasar de trabajar mucho en un taller a no hacer nada", admite. Para él, la enfermedad sigue siendo "desconocida" por la opinión pública. "Creen que es una cosa muy grave y se echan hacia atrás cuando se la nombras, pero de esto no te mueres, eso seguro".