La crisis abierta entre los partidos de izquierda del Parlamento autonómico por el pacto firmado entre el PSOE y Ciudadanos (Cs) para la reforma del impuesto de Sucesiones quedó ayer de nuevo en evidencia. Fue durante la intervención de la portavoz de IU, Patricia Luquin, que llegó a calificar de «desleal» al presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, por haber cambiado la orientación de sus acuerdos. «Es evidente que está más cómodo mirando a la derecha que a la izquierda», aseveró.

La diputada alertó de que en el borrador legislativo que se está tramitando en el propio Parlamento supone «un agravio de clase» frente a la necesidad de armonizar la situación fiscal con otras comunidades que argumenta la DGA. Por eso reclamó que se retire un texto que por ahora solo tiene la oposición frontal de IU, ya que tanto Podemos como CHA se han mostrado abiertos a una posible abstención.

Lambán se defendió de las acusaciones al considerar que la rebaja anunciada de Sucesiones es una cuestión de «sentido común». Además insistió en que no ha cambiado «de socio ni de bando» puesto que en los acuerdos de investidura a los que el PSOE llegó con Podemos, IU y CHA en julio del 2015 no se hacía referencia en ningún caso a la modificación o no del polémico tributo.

El líder autonómico consideró que se están recuperando los servicios públicos y que con la buena marcha de la economía esta rebaja impositiva no afectará a los objetivos que se han marcado. Y repitió el argumento de que únicamente ha cedido a las presiones al comprobar que Aragón era la comunidad en la que los ciudadanos pagaban una mayor cuantía en este apartado. «Nos tememos que dejar de debates irreales y abordar las necesidades de los ciudadanos», aseguró. De cara a los próximos meses confirmó que los siguientes presupuestos serán «expansivos» en términos sociales y repitió el ofrecimiento del jueves de empezar a negociarlos entre todos los grupos de izquierda.

Las explicaciones no parecieron cerrar la brecha abierta entre los grupos de la investidura. Luquin insistió en que su formación votará en contra de la modificación tributaria y recordó que el cambio solo beneficia al 1% de la población. «No entre en el mercadeo fiscal y no le haga el juego a la derecha», recomendó.