La plataforma Jalón Vivo y la Coordinadora de Afectados por Grandes Obras de Regulación, Embalses y Trasvases (Coagret) emitieron ayer un comunicado en el que muestran su preocupación por «el grave peligro que suponen las obras de la presa de Mularroya», en el municipio de Ricla.

En este sentido, los firmantes del escrito hacían referencia a que el pasado 22 de junio «la propia Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) firmara el acta de inicio de unas obras de emergencia en el talud izquierdo del aliviadero localizado en el término de Ricla, en los parajes de Capellanía y Chanejos». Esta actuación durará seis meses y costará 1,1 millones de euros.

Ante esta situación, Jalón Vivo y Coagret piden que se informe a la ciudadanía de los «continuos problemas técnicos y geológicos de la construcción de la presa». Asimismo, solicitan «la inmediata paralización de las obras por estar en peligro la vida de 20.000 personas e infraestructuras como la autovía A-2, la N-II y el ferrocarril de Madrid a Barcelona.

Ambas entidades subrayan en su comunicado que hace ya años que vienen advirtiendo de los riesgos que representa la construcción de la presa de Mularroya, que retiene el río Grío con la finalidad de destinarla a los regadíos que se extienden por la comarca de Valdejalón, donde los cultivos frutales han adquirido un gran auge en las últimas décadas.

Jalón Vivo y Coagret mantienen que en la zona existen una serie de fallas geológicas que hacen temer posibles temblores que pondrían a prueba la presa y podrían originar graves perjuicios para las poblaciones situadas aguas abajo.