Un cubo de agua bien fría que parece haberse convertido en un juego exhibicionista e incluso promocional para algunos famosos en la red. La campaña del ELA ha recaudado más de 40 millones de dólares en Estados Unidos y tan solo 14.000 euros en España a principios de semana. En esta comunidad, la Asociación Aragonesa de Esclerosis Lateral Amiotrófica (Araela) a mitad de esta semana no había recibido ni un euro. Esta abismal diferencia es la que ha hecho preguntarse a la mayoría de la sociedad si son efectivas este tipo de campañas para conseguir fondos que permitan a las asociaciones desarrollar sus proyectos.

En Aragón la mayoría de las instituciones coinciden. Las aportaciones que reciben las asociaciones de ayuda para personas con discapacidad física, psíquica o sensorial provienen sobre todo todo de las cuotas que pagan los asociados. "La solidaridad es lo mínimo", lamentó Ramón Álvarez, gerente de la Asociación Aragonesa de Entidades para Personas con Discapacidad Intelectual (Feaps). Además de las aportaciones de las entidades socias también reciben aportaciones del Gobierno de Aragón o de entidades privadas.

Y aunque no se financian gracias a campañas solidarias, sí que la opinión general es muy positiva respecto a este tipo de acciones. "Como mínimo estás llamando la atención y poniendo encima de la mesa una enfermedad que casi nadie conoce. El sistema de financiación en Estados Unidos es muy diferente, por eso aquí no va a funcionar como allí", explicó Álvarez.

En esto coincide Pablo Herrero, presidente de la Asociación para la Investigación en la Discapacidad Motriz (Aidimo). "Es una buena campaña pero hay que evitar que se banalice el tema, porque parece que lo importante es mojarse y no la donación", lamentó. Aun así reconoció que sí tuviesen la capacidad para promover iniciativas de este tipo con éxito lo harían "sin pensarlo".

Visibilidad

Otra entidad aragonesa que subsiste en un 60% gracias a las aportaciones de los socios es la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Aragón. El resto de la financiación es a través de donativos de empresas y pequeñas ayudas del Ayuntamiento de Zaragoza. "Si hiciésemos una campaña de este tipo no sería para pedir dinero, sino para concienciar de la donación de sangre y órganos", explicó el presidente de la asociación, Miguel Barrachina. De lo que no hay duda es que, con o sin donativo, el cubo ha servido para concienciar de la existencia de enfermedades casi desconocidas para la gran mayoría.