--¿Pero alguien camina en Aragón? --Aquí, como en todas partes, caminamos de un lado para otro para no llegar a ninguna parte. En el fondo somos y vivimos como pollos sin cabeza. Ya en serio, en todo el mundo, diariamente, se producen más desplazamientos a pie que sumados todos los medios de transporte, incluido el ascensor, el más utilizado.

--¿Cómo se ve el paisaje fuera de un automóvil, a pie? --Se ve igual, pero a pie se percibe más porque se tiene tiempo para interiorizar lo que se ve. Otro aspecto importante son las sinestesias entre los diferentes sentidos: olor y paisaje, sabor y sonido, etcétera.

--Utiliza un tratamiento similar al de Cela en Viaje a la Alcarria, en tercera persona: el viajero. --Sí, quería huir de la primera persona y buscaba un personaje- Quizás haya acabado siendo un máscara o una marioneta.

--¿Quedan todavía paisanos sin malear, espontáneos? --Aragón es un lugar en el que se es sincero hasta conseguir ser desagradable, aunque no sé si es lo mismo ser sincero que espontáneo. Seguramente además es difícil ser espontáneo porque el sistema nos plancha a todos.

--¿Qué le llamó la atención de esa comarca monegrina? --Tierra + agua = vergel. Tierra - agua = estepa. Y las sabinas, un árbol independiente y despreocupado por su propia apariencia, pero absolutamente digno.

--¿Tiene intención de recorrer toda la geografía aragonesa? --En el país de los cucutes. Un viaje a pie por los Monegros es la primera parte de una trilogía de viajes a pie por Aragón. Ahora estoy trabajando la segunda: Primavera en la Guarguera. Lo que queda a la derecha del esquí. Vivimos en un país bellísimo y me gustaría que mis libros fueran como un espejo que paseo a lo largo del camino.

--Creo que en realidad usted escribe estos libros para disfrutar más tarde presentándolos. --Sí, se pasa muy bien charlando con los lectores. A mí me encanta, pero también me gustaría ganar alguna perrica.

--¿Cómo somos? --Hay una cultura de recelo y al mismo tiempo necesidad, casi sed de el otro. Y siempre el temor de que nos toquen los cojones. Todos sabemos que estamos de paso en este mundo, pero el aragonés más.

--¿Le pone música a sus viajes? --Sí, música tradicional aragonesa: Dulzaineros, La Orquestina, Biella Nuey, Pepín Banzo... El otro día, en la escuela de Sena, cuando les puse a los chavales un montaje de fotos y música, los pequeños empezaron a acompañarla espontáneamente con palmas. Fue precioso y emocionante. Hay cantera.