--¿Se ha sido completamente transparente desde la DGA en el tema del lindano?

--Hemos tenido un problema de comunicación importante porque con todo el trabajo desarrollado, la sensación que ha tenido el público es de que no se hacía nada. Haber puesto en conocimiento el trabajo hubiera favorecido notablemente la percepción social.

--¿Desde cuándo se trabaja en Sabiñánigo?

--El Gobierno de Aragón lleva desde el 88 allí, cuando se iniciaron los procesos de prohibición de fabricación con Inquinosa y posteriormente, cuando la fábrica desapareció comenzaron los primeros estudios y sellados provisionales de los vertederos, que fueron en el 94 y en el 96. Más tarde hubo un seguimiento relativamente ligero de los vertederos y hasta 2004, que es cuando me hice cargo de los trabajos, se inició una investigación bastante sistemática. El salto en inversiones fue notable: se pasó de 100.000 euros al año en el 2004 a en un par de años alcanzar los 2 millones de euros.

--¿Fue por algo en concreto?

--A raíz de considerar que había que reforzar los sistemas de seguimiento por los datos que se iban obteniendo. Detectamos la presencia de esa fase densa negra que está por debajo de las aguas subterráneas y a raíz de ese punto todo de disparó. El salto en riesgo era sustancial.

--Pero hasta que no llegó al río nadie conocía el problema.

--Es lo que hemos comentado. No hemos sido capaces de transmitir el trabajo realizado.

--O no se ha querido.

--Eso ya pregúntaselo a mis jefes, históricos y no históricos.

--¿Se está trabajando en la buena dirección?

--El problema de estos tipos de contaminación es que hay pasos que no se pueden acelerar y que necesariamente hay que dar para adquirir el nivel de conocimiento adecuado, porque hacer cualquier tipo de actuación sin ese nivel puede ser peor. Hay pasos que necesariamente deben ser lentos y van a serlo en el futuro igualmente.

--También depende de los efectivos. Se descubrió que el Gobierno de Rudi solo tenía un técnico para afrontar este problema.

--Yo soy el interino, pero no estoy solo. Lo estoy en la Administración, pero ahora cuento con el apoyo de mis jefes de servicio. Detrás hay un grupo de gente contratada bastante numeroso. Desde Sarga hay 12 o 15 personas, 8 de ellas en campo. En la oficina también hay un apoyo intenso. Hay contratadas otras dos empresas de expertos, una de ellas la mayor a nivel mundial en estos temas. En total serán unas 25 personas fijas más los apoyos. También trabajamos sistemáticamente con gente de Sabiñánigo para generar empleo en la zona.

--Ya se está investigando en alguna nueva técnica.

--Siempre. Ahora en Sardas estamos terminando unas técnicas de aplicación de surfactantes y con una empresa aragonesa estamos haciendo ensayos de descontaminación con nanopartículas de hierro cero. La primera se ha hecho en laboratorios de Gerona y Bailín y la segunda se ha trabajado en campo, con el apoyo de nuestro laboratorio de Bailín. En 2016 haremos las primeras pruebas para aplicar la oxidación.

--Y si se encuentra la técnica... ¿se tendrá el presupuesto suficiente?

--Yo les escribo a los Reyes Magos todos los años. Espero que lo que se ha planteado como prioridad para el Gobierno de Aragón se acabe traduciendo en disponibilidad económica. También a través del Estado y de Europa. El tiempo es largo y las técnicas son caras. Estamos hablando de cifras que se escapan a la DGA.

--¿Podrían volverse a dar niveles de lindano en el Gállego como los del 2014?

--El lindano está ahí y mientras esté hay un riesgo.

--¿Afectaría a la salud de las personas?

--Depende de las concentraciones que alcanzaran en el cauce. Si son situaciones como las del año pasado, cortas en el tiempo y con concentraciones relativamente bajas, no es esperable. Pero tenemos un volumen brutal de compuestos tóxicos.

--Las empresas dicen que se siguieron los protocolos al desmantelar los vertederos, pero se contaminó el río

--Es un problema de escalas. Movimos 64.000 toneladas de producto puro y hemos perdido en torno a 100 kilos. El límite de potabilidad es muy pequeño. Se hizo rápido porque había que hacerlo en el tiempo que la lluvia iba a ser menor, pero fue el verano más lluvioso de los últimos 50 años.

--¿Qué otros temas ambientales preocupan a Aragón en la actualidad?

--De estas dimensiones ninguno. El resto son por combustibles. En las viviendas de Zaragoza donde hay calefacción por gasoil también hay problemas. Pero el más grave al que nos vamos a enfrentar en un futuro es al de los purines y la aplicación de abonos.

--¿Por qué?

--En Cataluña, donde estaba la mayor concentración de granjas, ahora hay comarcas enteras que no pueden beber agua. En Aragón de momento no hemos llegado a ese punto pero hay acuíferos que están en los límites de nitratos. Alfamén es uno de ellos y el resto de problemas se presentan en la franja más cercana a Cataluña.

--Greenpeace publicó este año un informe que decía que Aragón era la comunidad con la peor calidad ambiental de España

--Lo desconozco. Probablemente será por los indicadores, pero conociendo los problemas en otras comunidades me parece una apreciación bastante discutible. Hay asuntos de gran extensión, como el tema de la minería de sulfuros en Murcia, los nitratos en Cataluña... con cuestiones muy gordas. Otra cosa es si se está o no se está actuando.