Jordi Bonet, director de Patrimonio Artístico y Cultural de la Generalitat de Cataluña entre 1981 y 1984, afirmó en una entrevista concedida a la agencia ANC que «Aragón no sería nada si no hubiera sido por Cataluña», un trasfondo en el que enmarca la exitosa reclamación judicial aragonesa que acabó con la vuelta de la mayoría de los bienes de Sijena al convento.

Bonet se atribuye la gestión de la compra, pese a que no fue citado como testigo al juicio celebrado en Huesca por este asunto, y afirma que todo se realizó legalmente. Incluso asegura que mantuvo dos contactos con el Gobierno de Aragón, que no quiso comprar los bienes «con la excusa de que no tenían dinero».

El Gobierno catalán, argumenta, quiso afrontar el cambio por una doble razón, «salvar» los bienes y dotar de liquidez a las monjas para financiar un monasterio que se estaban construyendo en Valldoreix (Barcelona).

Para Bonet, que parece no dar validez a las resoluciones judiciales, «no vale cambiar la realidad y decir que las usurpamos». Pone en valor que pagaron «diez millones de pesetas, lo que nos pidieron, sin regatear», y niega que haya habido problemas de conservación en el Museo de Lérida durante los años en que ha custodiado las obras.