La llegada, el próximo lunes, de la jornada continua a los colegios aragoneses y la consiguiente finalización de la vigencia de la beca procedente de la DGA, reducirá hasta en un 70% la afluencia a los comedores escolares. Así se expone desde los propios centros, que, en todo caso, achacan la rebaja no solo al final de las ayudas sino a la habitual renuncia al comedor por parte de las familias, que optan por llevar a sus hijos a comer a casa aprovechando que la salida del colegio por la mañana se retrasa y se suprime la jornada vespertina.

"Nosotros en mayo hemos tenido 122 comensales, pero la cifra bajará en junio hasta los 35, pero no todos ellos son como consecuencia del fin de las becas", matizaron desde el colegio Jerónimo Zurita, que perderá 38 alumnos como consecuencia del fin de vigencia de las ayudas.

MÁS CASOS En Valdespartera también habrá un considerable número de bajas, que podría alcanzar el 40% de los comensales que vienen utilizando hasta ahora el servicio. "Los que están becados se van a comer a casa, pero también lo hacen otros muchos", indicaron desde el centro educativo.

En el Tomás Alvira también se espera una considerable reducción, aunque mitigada por la concesión de la beca completa a algunos de sus alumnos más necesitados. Esta medida --llevada a cabo por otros muchos colegios-- fue propiciada por el Plan Impulso, por el que el Departamento de Educación destinó una partida económica a los colegios dirigida a actuaciones entre las que figuraba la asignación de este tipo de ayudas. En este sentido, los equipos directivos optaron, en muchos casos, por completar la cuantía que no cubría la beca concedida por el Gobierno de Aragón --los padres debían asumir 6 euros al mes--. Esa selección provocará que la rebaja en la cantidad de comensales sea algo más reducida.

El final de las medias becas que otorgó Educación el curso anterior ha provocado que la afluencia a los comedores se haya recuperado. Así lo advierten los propios centros, que se congratulan tanto de la supresión de esas ayudas --la DGA aportaba 48 euros y los otros 48 los tenían que aportar las familias, lo que provocó cientos de renuncias-- como de las subvenciones procedentes del ayuntamiento.

En el curso 2012-13, más de 3.500 niños los que dejaron de utilizar este servicio en comparación con el año anterior.