Ganas y paciencia. Este es el consejo que ofreció ayer el Gobierno de Aragón a casi dos millares de personas que lograron entrar en el edificio Pignatelli para disfrutar de las actividades organizadas en las jornadas de puertas abiertas. Hasta mañana lunes se están realizando actividades en los siete patios de la sede del Ejecutivo y en algún momento las colas para acceder al recinto son extensas.

«Recomendamos a todos los ciudadanos que acudan con tiempo si quieren hacer alguna actividad en concreto», expresó el director general de Cultura, Nacho Escuín. El año pasado asistieron a estas jornadas festivas con motivo del Día de Aragón unas 12.000 personas y esta edición se espera mantener la cifras. En el interior del edificio pueden estar unas 4.000 al mismo tiempo, pero el flujo de entradas y salidas es constante. «Nadie se queda sin entrar», reconoció.

En esta edición, las actividades giran alrededor de cuatro ejes temáticos, como son los panteones reales, que hablan de la historia del archivo de la Corona de Aragón y el 700 aniversario del mismo, el décimo aniversario de la Expo 2008, el centenario de Ordesa y Monte Perdido y los cuarenta años de la Constitución española.

De esta forma, Escuín indicó que se ha buscado «generar una programación para todos los públicos» con distintas actuaciones, desde conciertos hasta catas. «Estamos ante un gran número de actividades que están vinculadas no solo a la cultura, sino también a la gastronomía y a todo lo que conforma el ADN aragonés», precisó.

Uno de los espacios con más aceptación fue el destinado a los juegos tradicionales. Además permitió la recuperación de una activad como es la morra, vinculada a todos los territorios que formaban la antigua Corona de Aragón.

En el apartado musical, los presentes pudieron disfrutar tanto de música tradicional como de interpretaciones líricas. Además, un grupo de actores estuvo representando escenas históricas durante toda la tarde.

Fuera del edificio Pignatelli, en Huesca, la DGA amparó el concierto con orquesta de Santiago Auserón. Y en Teruel se celebró el concierto Ver para creer como una celebración de los últimos cuarenta años de música popular en la comunidad.