El cantautor José Antonio Labordeta será el pregonero del Pilar 2009. El alcalde Juan Alberto Belloch anunció ayer la decisión y lo definió como un elegido "de lujo" para las fiestas de Zaragoza

--Usted ya fue pregonero en 1979 por decisión de Ramón Sáinz de Varanda, pero no pudo ejercer desde el balcón. ¿Qué pasó?

--Pues que estaba yo grabando entonces Cantata para un país. Teníamos un presupuesto muy barato y no podía dejar la martingala de grabar porque entonces las comunicaciones eran un follón y no pude venir. Creo que leyó el pregón Gonzalo Borrás, pero no me acuerdo muy bien.

--¿Seguiría siendo válido buena parte de lo que escribió entonces?

--No me acuerdo. Lo tendré que leer porque está publicado en el Ayuntamiento de Zaragoza.

--Y el próximo que escriba será muy reivindicativo.

--Será libre, limpio y nuevo.

--¿En qué ha cambiado Zaragoza en estos 30 años?

--Ha sido tremendo. Hemos pasado de ser una ciudad de provincias a una ciudad importante, a una capital, a una gran urbe.

--Y tiene todavía más experiencia como pregonero.

--Sí, sí, eso me ha recordado Miguel Mena, que hice de pregonero en la película Réquiem por un campesino español con trompeta incluida. José Manuel Marcuello me ha dicho que tiene una trompeta y que me la dejará para octubre. También he sido pregonero en Canfranc, pero creo que en ningún otro pueblo más.

--Los de la pana de aquel entonces se han subido ahora a la planta noble y al salón de plenos y le han nombrado pregonero.

--Sí, sí, han sido ellos, pero en realidad todo es obra de Juan Alberto Belloch, que es alcalde, pero me aprecia mucho. Aunque el alcalde suele ser la persona más criticada, yo no tengo nada que reprocharle.

--¿Y qué le parece que sea un gobierno socialista en coalición con el PAR el que le haya designado pregonero?

--No ha sido el PAR, ha sido el alcalde Belloch. No sé por qué, pero me tiene mucho respeto y admiración.

--¿Considera que el nombramiento es un premio a sus últimas declaraciones sobre el nacionalismo?

--No, no, no creo.

--¿Y se puede aguantar tanto homenaje?

--No se puede aguantar. Es muy cansado. Estoy derrumbado. El cáncer de próstata no acabará conmigo, pero sí tanto reconocimiento público. Es agotador.

--¿Ha pensado ya en cómo terminará el pregón?

--Sí, sí, terminaré cantando el Somos y con el puño en alto.