--¿Usted es parte de ese 87% de su partido que apoyó presentarse en solitario a las elecciones?

--Es un acuerdo del conjunto de la militancia, por lo que mi posición no importa. Siempre defenderé los acuerdos de los órganos, aunque opine distinto, porque todos se toman después de un amplio y largo debate. Y eso es democrático. En esta ocasión habló más del 80% de los asistentes. Ha sido uno de los debates de más altura política y pluralismo de cuantos he vivido.

--En un momento en el que se apela a un frente común de izquierdas, ¿cómo explica a sus electores esta decisión?

--Somos ciudadanía aragonesista organizada y el sentir mayoritario era resaltar lo que representa CHA. Tenemos la gran responsabilidad de preservar el aragonesismo político y no lo podemos diluir, porque si no estamos, desaparece, y Aragón no sería lo que es sin aragonesismo. Y sobre todo, no será lo que va a ser, seguro, si no está CHA. Llevamos 30 años de honradez, de dignidad, de coherencia, defendiendo lo mismo en el llano que en la montaña... Como ciudadano, quiero que el 24 de mayo haya una papeleta de CHA para elegir a mis representantes en mi ayuntamiento y en mi país.

--¿No era el momento de grandes pactos para abordar esas grandes reformas que se plantean desde la izquierda?

--Al día siguiente de las elecciones, ya se verá. El debate de los pactos preelectorales empieza a agotarse y es necesario abrir cuanto antes el debate de las mayorías políticas para la transformación social. Lo tenemos clarísimo: queremos echar a la derecha del poder. La clave no es quién gobierna, sino qué políticas desarrolla y se trata de que después de mayo haya un Gobierno que defienda la igualdad, la justicia social y el aragonesismo. Sin traicionar a los aragoneses, porque defender el autogobierno es defender el estado de bienestar. No es solo una bandera o un himno. Es justicia social.

--Pero ustedes han formado parte de muchas coaliciones. Sin ir más lejos, en Bruselas con Equo y Compromís y en el Congreso con IU. ¿Cómo funciona este último?

--Tenemos tradición de pactos electorales, tratando de ser lo más útil para los aragoneses. El pacto con IU ha funcionado muy bien y estamos muy satisfechos, Pero no todos los ámbitos son iguales. Para CHA, las elecciones autonómicas son muy importantes, pero las municipales también, porque es la forma de llevar el aragonesismo a todos los rincones de Aragón.

--¿Cómo valora la irrupción de Podemos? ¿Pueden restarle votos, y más si acuden en solitario?

--Que haya gente que no ha participado nunca y esté dispuesta a hacerlo es muy positivo. Que se hable de política en la calle es muy positivo. El nacimiento de Podemos es muy bueno para la democracia porque canaliza el descontento, pero también de la ilusión de mucha gente. Pero es un proyecto profundamente centralista, tanto en su organización como en sus propuestas. No tienen un proyecto para Aragón. Por eso es tan necesaria CHA y estamos convencidos de que tendremos un gran respaldo electoral.

--Augura un buen resultado electoral, pero el voto aragonesista en los últimos años ha ido a la baja. ¿Remontará la tendencia?

--Han sido décadas de gobiernos en Aragón que han intentado dormir todo lo que sonara a aragonesismo. No solo en cuestiones identitarias como las lenguas, sino en todos los ámbitos. Solo se conoce lo que se ama y solo se ama lo que se conoce. Han sido artífices de un proceso homogeneizador hecho desde Madrid. Y a pesar de eso, Aragón tiene un sistema de partidos propio, con dinámicas diferentes, y con problemas y potencialidades propias. Es cierto que el aragonesismo ha caído electoralmente. Había un aragonesismo de derechas que se ha ido muriendo, con una dirección que ha abandonado el aragonesismo para convertirse simplemente en una máquina de gobernar y de repartir prebendas para perpetuarse en el poder a través de empresas públicas y algunas comarcas. Por eso somos los únicos que llevamos la voz del aragonesismo a las Cortes y a los municipios.

--¿Por qué en Aragón, a diferencia de otras comunidades, es imposible ver a los dos partidos aragonesistas llegando a acuerdos óptimos para la comunidad?

--Ha sido difícil porque el regionalismo del PAR siempre ha tenido poco que ver con nuestro aragonesismo. Ellos son la derecha más rancia y nosotros representamos un socialismo aragonesista y transformador. Las diferencias son insalvables. Es imposible coincidir en una estrategia común porque estamos en las antípodas. No solo en nuestra forma de entender Aragón --no comprendo que se avergüencen de la realidad trilingüe de nuestro país-- sino del modo de construir el país, que pasa por la izquierda y la defensa del Estado social y los servicios públicos.

--¿Cómo está el partido después de su larga transición?

--Teníamos el reto de la renovación institucional y orgánica. Nosotros somos la segunda generación de CHA y hemos hecho un proceso único en el Estado. Ningún diputado autonómico de CHA estaba la pasada legislatura. Eso es muy relevante. Pero no hemos perdido la experiencia y la visión de quien lleva tiempo en el partido. Vivimos un momento excelente. Hay ilusión, debate y unidad dentro de la discusión y la pluralidad.

--¿Cuál es su balance de la legislatura?

--Coincide con el agotamiento del modelo del 78. El PP y el PAR han ido creando una sociedad con más desigualdad, más pobres y nuevas formas de pobreza. Ha sido un gobierno sumiso ante Madrid, que no ha defendido a los aragoneses. Han sido alumnos muy aplicados en la imposición y justificación de los recortes. El retroceso ha sido terrible. Han destrozado muchas conquistas que logramos entre todos y el reto que tenemos ahora por delante es echar a la derecha del poder y reconstruir todo lo que han destruido.

--¿Qué encaje tiene Aragón en el Estado?

--La relación bilateral con el Estado debe ser de lealtad recíproca y Aragón debe tener una presencia real en los ámbitos de decisión de la UE. Hay que exigir el respeto absoluto a los derechos del pueblo aragonés. Sobre todo para tener una financiación suficiente. Por supuesto, respetando la solidaridad con el resto. Sin autonomía financiera no hay autogobierno político. Tenemos autonomía para decidir cómo gastamos pero no cómo ingresamos. Para ser más felices hace falta más autogobierno.

--¿En Aragón hay tanta corrupción como en otras partes?

--Ha habido corrupción y ha habido corruptelas. Una forma clientelista y caciquil de gestionar las empresas públicas y las comarcas es un modo de corrupción. También lo es derrochar dinero público. Lo mejor que podemos hacer los partidos es actuar. Nosotros hemos renunciado al aforamiento y a coches oficiales. En Zaragoza hemos renunciado a dietas por cobrar dos veces por su trabajo. Ese es nuestro ejemplo, entre otras medidas, como pedir destinar a cooperación gran parte de las subvenciones electorales. En 30 años y con más de mil cargos públicos, CHA no ha tenido ni un caso de corrupción. Cuando oigo a Rudi y a Cospedal decir que la corrupción es consustancial al ser humano, me rebelo porque es mentira. Es consustancial a ellos.

--Pero todos la condenan y todos quieren medidas para acabar con ella. ¿No es muy frustrante para los ciudadanos ver que no hay acuerdo?

--Todos no decimos lo mismo. Algunos quieren una foto con los partidos para aparentar que todos somos iguales. Esa afirmación es perversa y falsa. Claro que es frustrante. Hay que partir de cero y reconstruir la democracia, porque ahora esto no lo es. No basta con votar cada cuatro años ni con reformar la Constitución. Es necesario un proceso constituyente y no caer en los mismos errores. No deben reconstruir el sistema los partidos. El protagonismo debe ser de la ciudadanía y que tenga poder para tomar decisiones. Que sea quien tome la iniciativa.