Cuando era un valor en alza en el mercado, el artista español José Manuel Ballester decidió un día abandonar los pinceles a favor de la cámara fotográfica gracias a la cual ganó ayer el Premio Nacional de Fotografía 2010, que concede el Ministerio de Cultura.

Ballester fue galardonado "por su trayectoria personal, por su singular interpretación del espacio arquitectónico y la luz y por su aportación destacada a la renovación de las técnicas fotográficas", informó el Ministerio.

Desde que se apasionó hace una década por crear fotografiando, los espacios arquitectónicos --tanto el interior como el exterior de los edificios-- han protagonizado sus obras.

Su visión polícroma e irreal de la catedral de Burgos que plasmó en Resplandores tuvo una gran recepción en el mercado así como su extensa obra sobre China. Ballester, a sus 50 años, no encuentra fronteras para exponer sus instantáneas de paisajes arquitectónicos en los que los lugares se convierten en una excusa estética.