Un joven compareció ayer ante el Juzgado de lo Penal de Zaragoza acusado de romper los retrovisores de 17 coches estacionados en el entorno del paseo de Ruiseñores, en septiembre del 2006.

El acusado, E. E., manifestó que él iba con un grupo de otros jóvenes, algunos menores de edad, pero subrayó que no había cometido los actos vandálicos, por los que el fiscal solicita 6.000 euros de multa y la indemnización de todos los daños causados. El juicio se suspendió al poco de su comienzo debido a la ausencia de varios testigos. Los desperfectos causados a los turismos oscilan entre los 50 y los 300 euros. El letrado José Antonio Millán, en nombre de uno de los afectados, solicita la misma pena que el fiscal.