La jueza de guardia de La Almunia de Doña Godina envió ayer a la prisión de Zuera a Cecilio J. J., vecino de Épila que fue detenido el pasado viernes como supuesto autor de la muerte de un disparo de pistola de Javier Martínez Gracia, a quien reprochaba que le hubiera vendido una cueva con corral en el que no se podía edificar.

La magistrada imputó al detenido el delito de asesinato, según indicaron fuentes de la investigación. Sin embargo, el sospechoso, que se había negado a declarar en dependencias de la Guardia Civil, manifestó a la jueza que él era inocente, que no se acordaba de nada y que, cuando ocurrieron los hechos, sobre las 18.00 horas, él se encontraba durmiendo en su cueva.

Asimismo, aseguró que solo se enteró del crimen cuando los agentes de la Benemérita penetraron en su vivienda, excavada en la roca, y le detuvieron.

Según las pesquisas realizadas hasta ahora, Cecilio J. J., de 57 años, efectuó dos disparos con una pistola que extrajo de un bolso de mano que llevaba bajo una axila.

Los disparos iban destinados a Martínez Gracia, de 51 años, pero el primero de ellos erró el blanco, mientras que el segundo le alcanzó en un costado y le provocó la muerte.

DISPARO FALLIDO // «Había gente por ahí cerca que, al oír el disparo, se apartó instintivamente y se tiró al suelo», comentó ayer un vecino de Épila, donde ayer fue enterrada la víctima tras un funeral multitudinario.

«Otros aseguran que lo vieron corriendo, de forma que hay personas que pueden acreditar que él fue realmente el autor del crimen», añadió la misma persona, que prefirió quedar en el anonimato.

En Épila existe gran preocupación por el grave suceso. Casi un millar de vecinos se movilizó el pasado sábado para pedir que se haga justicia y pedir que se apliquen las ordenanzas de convivencia.

Además, ayer, aparecieron pintadas en un muro que rezaban textualmente Chivatos, fuera, según comentó un vecino de la localidad. Y una concejala del Partido Popular presentó su dimisión, si bien se desconoce si su decisión está vinculada al asesinato y al clima de malestar que se respira tras la muerte de Martínez Gracia.

Su muerte, se comentaba ayer en los corros que se formaron durante el funeral, está relacionado con la venta de un cueva con corral que realizó hace 10 años.

Al parecer, el supuesto asesino propuso recientemente construir en el solar anexo a la vivienda y un vecino le advirtió de que no podía hacerlo legalmente. Eso pudo provocar su ira y llevar al fatal desenlace.

De momento, la Guardia Civil investiga cómo llegó, presuntamente, a sus manos el arma homicida, que ha sido buscada activamente por las calles adyacentes al lugar del crimen, así como en contenedores.