La jueza decretó ayer prisión provisional para el joven estadounidense de 20 años que el pasado sábado agredió a un policía en el Casco Histórico zaragozano y recibió varios disparos en las piernas de los agentes que intentaban reducirle. La comisión judicial acudió sobre las 21.30 horas de ayer a tomarle declaración al hospital Miguel Servet, donde seguirá ingresado hasta que reciba el alta y sea enviado a la cárcel. Dada su buena evolución médica podría ser esta misma semana.

El joven, asistido por su abogado, Juan Manuel Martín Calvente, refirió a la titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza --de guardia, aunque el caso lo asumirá el número 9-- lo que recordaba de los hechos. Según su relato, fue a cobrar un cupón de la ONCE a la plaza España, se puso "nervioso" cuando un agente de Policía le increpó y salió corriendo. Tras apenas media hora de declaración, la magistrada adoptó la medida cautelar de prisión, comunicada y sin fianza.

ENFERMEDAD

Horas antes de esta declaración, el padre del joven explicaba a EL PERIÓDICO que, contrariamente a lo que explicó anteayer, su hijo sí tenía una enfermedad mental, aunque aún no está diagnosticada. De hecho, tenía cita para el psiquiatra esta misma semana. Le vio alterado cuando llegó a Zaragoza, el viernes, y de hecho la familia se estaba turnando para vigilarle en casa.

Sin embargo, en un descuido, el joven cogió de la vivienda "una cuchilla", de unos "tres o cuatro centímetros de filo", y salió a la calle. Sus familiares estaban buscándole por el barrio cuando sucedieron los hechos que le mantienen en el hospital. Llevaban "unas dos horas" peinando la zona, pero no habían denunciado su fuga, según confirmaron fuentes policiales.

Al padre le sigue pareciendo desproporcionada la actuación policial, habida cuenta del escaso daño que, considera, podía causar con un cuchillo tan pequeño. El hecho es que atacó a un agente y le hirió en el cuello; de hecho, según fuentes policiales, fueron los reflejos del agente los que impidieron que la lesión fuese más seria. El agente ya fue dado de alta y está en su casa, recuperándose.

El incidente tuvo lugar el sábado por la tarde cuando el joven, según la versión de ayer del padre, salió de la casa sin que nadie lo advirtiera. Tenía la intención de cobrar un premio de la ONCE, a cuyo quiosco de la plaza España se acercó. Pero se alteró cuando el lotero le indicó que debía cobrarlo en el Banco de España, según han reiterado estos días fuentes policiales, y en un momento dado comenzó a meterse con los viandantes.

Ese fue el motivo de la llegada de varios agentes, pero al acercarse al joven este se dio a la fuga por las calles del Casco. En la persecución, sacó el cuchillo y arremetió contra un policía, alcanzándole en el cuello. Fue entonces cuando se produjo el tiroteo, con unos ocho disparos de los que la mitad le alcanzaron en las piernas. Algunos rebotaron en comercios y otro atravesó la luna trasera del coche de unos turistas, pero ninguna bala perdida causó heridos.