Prisión provisional como presunto autor de un delito de asesinato. Esa ha sido la decisión de la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, Natividad Rapún, sobre Rodrigo Lanza, el joven okupa detenido en Zaragoza como autor de la muerte de Víctor Láinez. En media hora de declaración el principal encausado en este crimen de odio ha asegurado que actuó después de que la víctima esgrimiera una navaja como amenaza. Una argumentación que ya ofreció, como adelantó este diario, el otro amigo investigado por omisión del deber de socorro. No obstante, la Policía Nacional rechaza está versión porque no halló dicha arma blanca.

La versión que ha dado es radicalmente opuesta a la de los testigos. Lanza niega que viera los tirantes de la bandera de España (porque llevaba una chaqueta encima) ha apuntado que fue la víctima la que le dijo: "ven, qué haces aquí, sudaca". Entonces Lanza intenta abandonar el lugar y, según su versión, Laínez fue detrás de él esgrimiendo una navaja y ante ello tuvo que defenderse con un empujón y con un golpe en la cabeza.

A preguntas de la magistrada, el investigado señala que no uso ninguna arma para agredirle, si bien los testigos vieron un objeto pequeño que podría ser un puño americano. Dicho instrumento tampoco ha sido encontrado por la Policía Nacional.

El informe realizado en el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) se detalla que este crimen de odio se produjo a traición, tal y como adelantó este diario. La víctima presentaba dos golpes en la cabeza que hacen pensar a los investigadores que uno de ellos le hizo caer al suelo y el otro fue para rematarle. También presentaba otras contusiones en el cuerpo, incluso vértebras rotas, pero no se descarta que esto corresponda a la larga e infructuosa reanimación cardiopulmonar de los sanitarios del 061.