La magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza y la Brigada de Blanqueo del Cuerpo Nacional de Policía investigan gastos en burdeles, saunas y locales de alterne que suman miles de euros a lo largo de varios años y que fueron cargados a las cuentas de la empresa Agrovalle por sus responsables. Se produjeron en la época en que preparaban su instalación en Mallén y también después.

Esos gastos han sido descubiertos por la Policía durante las pesquisas del caso Mallén, en el que investigan una serie de presuntas irregularidades en la gestión del ayuntamiento de esa localidad zaragozana y de su Sociedad Urbanística Municipal, varias de ellas relacionadas con la implantación de empresas. En la causa hay imputadas once personas, con el alcalde y diputado provincial Antonio Asín a la cabeza, y próximamente serán citados, también como encartados, tres directivos de Agrovalle: Herbert K., José Luis P. L. y Carlos P. G.

Agrovalle era una empresa conservera que hoy se encuentra en concurso de acreedores y cuya llegada a Mallén iba a suponer la clave del desarrollo de la plataforma logística agroalimentaria que el ayuntamiento y la DGA promovían en los terrenos de El Zafranar.

DESPILFARRO Para facilitar su llegada, los departamentos de Economía y de Agricultura de la DGA le otorgó una subvención de 1,8 millones de euros cuyo destino se encuentra ahora en fase de investigación judicial. La Brigada de Blanqueo concluye en un reciente informe que los responsables de Agrovalle cometieron un delito de fraude en las subvenciones al haber llevado a la ruina a la empresa mediante una política de despilfarro. Entre otros aspectos, señalan en un informe remitido al juzgado, por el "uso abusivo de tarjetas de crédito para gastos de difícil justificación".

Los investigadores concluyen los 1,8 millones de euros que la DGA destinó a esta empresa en forma de subvención "no se utilizaron para los fines para los que fueron concedidos". La Policía incluye entre los ejemplos de mala administración lo elevado de algunas partidas, caso de la de Personal y en especial la destinada a los directivos.

Algunos de ellos llegaban a gastar en un año más de 20.000 y más de 40.000 euros en dinero de plástico, unas cifras que la Policía considera "cuantiosas" y "de difícil justificación".

Entre otras cantidades, la Brigada de Blanqueo se refiere a los más de 1.100 euros que uno de los jefes de Agrovalle se gastó en el 2008 en salas de fiesta, saunas y servicios de esa índole.

También llamaron la atención de los investigadores las elevadas cantidades que los responsables de la firma conservera se gastaban en comer: uno de ellos se dejó el año de la Expo casi 8.000 euros en un conocido restaurante zaragozano especializado en pescado y marisco.

La Policía ha detectado esos movimientos al analizar las cuentas bancarias de Agrovalle de varios ejercicios.