Juan Gabriel C. B. y Charly Davis R. A. se sentaron ayer en el banquillo de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza por el alijo de 254 gramos de cocaína que la Policía Nacional les decomisó en el coche, a mediados de octubre del año pasado. El primero se atribuyó en exclusiva la propiedad del paquete y colocó al otro como mero chófer, al que iba a pagar 100 euros y la gasolina por traerle desde Madrid.

Pero la Fiscalía mantuvo que ambos sabían perfectamente que venían a Zaragoza a por droga y de hecho solicita parecida pena para los dos, cuatro años de cárcel para el primero y tres y medio para el supuesto conductor. Amén de la multa correspondiente por un alijo valorado en cerca de 15.000 euros.

La Policía les arrestó en la calle Miguel Ángel Tricas, cuando Juan Gabriel, después de haberse hecho con el paquete de droga, volvía al asiento del copiloto. Bajo él había escondido la droga, y los agentes también encontraron una lata de bebida energética, manipulada para convertirla en un contenedor. Curiosamente, el hombre se atribuyó la droga pero no la de la lata, aduciendo que la habría metido allí el traficante con el que había quedado.

Fiscalía mantuvo la acusación contra el conductor, entre otras cosas porque sostenía que el coche, que era de su hermanastro, tenía practicadas algunas caletas (escondrijos). Pero el dueño, como testigo, afirmó que eran golpes, ya arreglados en el taller. El letrado del traficante confeso pidió tener en cuenta que había cooperado con la Policía y que es adicto bajo tratamiento.