Juan Paul B. M. fue juzgado ayer por una presunta estafa de 125.000 euros a una pareja, con una inversión en importación de productos chinos que les rentó intereses, pero no cubrió el principal. El afectado dijo que se confió al hablar de los contactos con la aristocracia belga de su padre, cónsul (algo que él negó), y sus tratos con grandes compañías, amén de prometerle un interés del 7%. Fiscalía pide para él 3 años de cárcel y la pareja, 4.